Byron Banguera, consultor en seguridad. Foto: EL COMERCIO
Entrevista a Byron Banguera, Consultor en Seguridad
¿Qué se necesita en la frontera norte para generar mayor seguridad para sus habitantes?
Es importante que desde el Gobierno se haya desarrollado una política de seguridad y desarrollo para la frontera norte, pero los problemas no se van a resolver con la presencia de militares. Pienso que debe haber un sistema de Inteligencia para conocer de cerca qué está pasando con los grupos que operan ahí. Además, se necesita saber qué se necesita para su desarrollo en temas como educación, vialidad, salud y turismo, y que se hagan las inversiones sin demora.
¿La presencia militar genera seguridad en un territorio que necesita levantarse de la crisis?
Los estudios de seguridad interna hechos en Colombia, Haití y Libia muestran que la presencia militar no genera precisamente seguridad. Colombia tiene siete bases militares y debería ser un territorio asegurado, pero vemos que en la periferia rural siguen operando, con más violencia, los nuevos actores del conflicto colombiano.
¿Han sido vulnerables las FF.AA. ante grupos irregulares colombianos que operan en la frontera?
No sabría decirlo, pero se debe cuidar que las fuerzas del Estado no sean penetradas por el narcoterrorismo, porque sabemos que en la frontera sur colombiana y norte ecuatoriana, se mueven ingentes cantidades de recursos económico, no solo del narcotráfico, sino de la minería ilegal, de la tala de madera. Esto genera una fuerte tentación para la fuerza de seguridad, pero también para la población local que ante la presión debe desplazarse de sus territorios.
¿Qué hacer entonces?
Aquí son importante dos cosas: no sucumbir a una cultura del miedo y la ilegalidad, porque al naturalizarse la ilegalidad se hace común que te financien actividades con dinero caliente del narcotráfico. Lo otro es que los grupos ilegales no amedrenten con la violencia a los habitantes para someter a las familias humildes de la frontera como ocurrió en poblados de Colombia. Eso debemos evitar en lo absoluto en nuestro territorio donde se ha devuelto la paz en los últimos meses.
¿Es Esmeraldas una provincia violenta?
Esmeraldas no es una provincia violenta como se ha vendido en los últimos meses, a tal punto de generar un pánico colectivo en el país con serias repercusiones en el turismo y comercio local. Lo que ha habido son esporádicos episodios de violencia, que están vinculada a otras dinámicas y no es lo cotidiano. Las autoridades deben defender a Esmeraldas como territorio de desarrollo, que es lo que todos demandan ahora en una frontera que necesita ser reavivada con políticas del Estado.
Si la frontera necesita desarrollarse, ¿cuál debe ser la estrategia a aplicar?
Si ya hay un plan para aplicar una política de seguridad, es necesario difundir a todos los sectores productivos, sociedad civil, comité de seguridad y demás gremios, para que esa estrategia sea alineada. Debe haber consensos.