Hasta antes del 21 de diciembre de 2009, en Ecuador los únicos órganos que se trasplantaban con frecuencia eran riñón y córneas. Cuando una persona necesitaba pulmón o hígado, la única opción era viajar a Colombia, Argentina o Estados Unidos donde la operación puede costar USD 300 000.
Cuando el doctor Serpa retornó de Brasil a Ecuador, no halló siquiera una base de datos de personas que estaban a la espera de una intervención quirúrgica. Él fue quien elaboró una lista inicial de pacientes que requieren urgentemente hígado. Allí estaban 18 personas y ahora quedan 16. Una segunda cirugía hepática con éxito se dio el pasado 2 de enero.
EL COMERCIO recogió los testimonios de Ángela Viteri y de sus familiares, quienes dijeron estar felices por la recuperación inmediata. Ella es médica de profesión y señala que cuando esté totalmente bien comenzará una campaña para impulsar la donación de órganos para quienes lo necesiten. Este trabajo corresponde al Ministerio de Salud, pero el ex director del Organismo Nacional de Trasplantes de Órganos y Tejidos (Ontot), Fernando Naranjo, indicó que en diciembre de 2005 la Secretaría de Estado retiró USD 27 000 destinados a campañas.
LEY DE COMUNICACIÓN
‘Se busca controlar, vigilar y sancionar a los medios’
ENTREVISTA A ANDRÉS PÁEZ
asambleísta de LA IZQUIERDA DEMOCRÁTICA
Redacción Política
El debate sobre la Ley de Comunicación se concreta en el Pleno. ¿En qué terreno pisan los asambleístas?
Creo que el terreno es pantanoso porque tenemos una doble composición. Por un lado, el de la Legislatura y, por otro, el lado del colegislador que es el Presidente. En la Asamblea los pasos son firmes pero nadie nos puede dar garantías de que lo que se avance en el Parlamento sea refrendado por el Ejecutivo. Veo difícil que Correa avale temas con los cuales tradicionalmente ha tenido discrepancia. El enfrentamiento con la prensa es una fuerte estrategia.
Pero el Primer Mandatario, en su última cadena sabatina, dijo que apoya la idea de que no haya mayoría del Gobierno en el Consejo de Comunicación.¿Cree que haya una apertura al diálogo?
Es una ingenuidad pensar que lo que dijo pueda ser palabra comprometida. Nosotros sabemos que lo que se dice puertas adentro es distinto de lo que se dice puertas afuera en estos temas.
¿Cree que la Ley de Comunicación debe aplicarse?
Sí. Hay que tener prevenciones legales, por ejemplo, que no se use inapropiadamente la sexualidad de las mujeres, que no se transmitan programas nocivos para los niños… Si un canal o un periódico incurre en una de estas fallas, debe haber una sanción y severa. Pero eso no debe confundirse con una sistemática persecución a los medios de comunicación hasta su clausura. Queremos impedir que en la Ley se sancione por los contenidos o editoriales que sean contrarios al Gobierno. Pero hay tres temas que cruzan este proceso transversalmente.
¿Cuáles?
El primero es que Correa pretende imponer un modelo de sociedad disciplinada en la cual él vigile, controle y castigue. Esto se refleja en la Ley de Comunicación pero también en la de Servicio Público, Educación Superior, en la Ley de Aguas, a través del concepto de los consejos. Otro tema es que la libertad de expresión se la debe respetar como un derecho del cual dependen todos. Eso no lo inventó la oposición, está escrito en la Constitución que ellos elaboraron. No vamos a permitir que violen lo que promulgaron.
¿Cuál es el tercer eje a considerar en comunicación?
Hay que tomar en cuenta que la confrontación y el enfrentamiento son los ingredientes en la política del oficialismo, sobre todo, en el tema de comunicación. Es claro que la agresiva actitud contra los medios no va a cesar.
¿La libertad de expresión estará vulnerada ?
Solo en el momento en que se consolide la idea del Consejo de Comunicación con carácter sancionador, como se pretende. Sobre todo, al momento de sancionar contenidos. Y, si perdemos la batalla de los derechos de expresión la defensa de los demás va a ser una pelea cuesta arriba.
¿Este concepto se sostuvo pese a los debates?
El texto original del proyecto fue mordaza. Pero el país debe saber que esa Ley ya hubiera sido aprobada si hubiera tenido los votos. Se llegó a consensos porque el Gobierno no tenía los votos pese a que representa al 47% de la Asamblea. Y tampoco los tuvo la oposición para archivarla.
Si bien el oficialismo y la oposición llegaron a un acuerdo, el Presidente lo criticó duramente. ¿Es posible que la iniciativa se disuelva?
Creo que hubo un debate interesante y elevado. Es lamentable que el Presidente descalifique acuerdos, debería apoyarlos. Estigmatiza estos acercamientos porque piensa que es dueño de la verdad e infalible. Bajo esa presunción absurda y negligente piensa que todos los demás tienen que repetir sus palabras en el tema de la Ley de Comunicación.
¿Qué se espera entonces después de esta supuesta injerencia del Presidente?
No soy pesimista, soy un optimista bien informado. Correa seguirá persistiendo en su diseño de una sociedad disciplinada y en su propuesta de confrontar para dividir, lo cual me conduce a pensar en que eso influirá en su veto. Esto provocará una división al interior del bloque oficialista porque habrá quienes se ratificarán en lo que votaron y habrá otros esbirros que se alinearán a las palabras de “su majestad”. Con esa división no sabemos si podremos ratificar el acuerdo o no.
¿Y el apoyo de la ADE y del PRE en este acuerdo?
No creo que ADE y el PRE solo hayan ido a degustar el pavo preparado por el chef belga en Palacio. Entraron con sus anteriores anuncios de que están en contra de la Ley Mordaza y no sé si los mantengan. Allí vienen mis dudas. Si se comprometieron a apoyar lo que quiere el Presidente, el debate será una batalla perdida.
¿Qué les queda por hacer?
Numéricamente en la Asamblea a veces se pierden las causas, pero en sus contenidos hay como luchar. Podemos ganar en otros escenarios como en la opinión pública. Cueste lo que cueste defenderemos la libertad de expresión aunque la ley mordaza diga lo contrario.