Redacción Cultura
Decenas de estudiantes del Colegio Manuela Cañizares se aglomeraron ayer en la plaza El Quinde, de Quito. Con gritos y aplausos apoyaban a Pavel Calahorrano, fotógrafo de este Diario, que fue atacado por un miembro de la Policía.
La agresión ocurrió a las 12:30, cuando el reportero gráfico acudió a la plaza Foch para cumplir su trabajo: hacer fotografías para una entrevista. Mientras esperaba, dice que vio a un grupo de estudiantes del Colegio Manuela Cañizares que jugaba Carnaval en la pileta de la plaza.
“Después me di cuenta de que las chicas se hicieron a un lado, tenían las manos en la cara y estaban llorando. Les pregunté ¿qué sucedió?”, dice Calahorrano.
Las jóvenes acusaron a un policía, tenía el número 154 en el chaleco, de haberles rociado gas lacrimógeno en el rostro. El reportero gráfico preparó su cámara de fotos y tomó algunas imágenes de las jóvenes de ojos irritados.
“El policía me preguntó por qué estoy tomando fotos y expliqué que trabajo para EL COMERCIO”, dice Calahorrano. Entonces el uniformado le exigió que le entregase la cámara y el fotógrafo se negó. “Cuando caminaba para atrás, alcé el brazo con la cámara en la mano y sentí que alguien me arañaba. Era una mujer policía”, continúa el fotógrafo. Mientras
Calahorrano se descuidó, el policía le golpeó con la pierna y le desestabilizó, dijeron los estudiantes del Manuela Cañizares.
El fotógrafo se quedó en el piso resguardando con su cuerpo el equipo fotográfico, mientras el policía seguía golpeándolo.
Lo amenazó con llevarlo detenido. Al ver esto, decenas de estudiantes se acercaron alrededor del fotógrafo y del policía para evitar que lo agredieran más. Otros uniformados llegaban.
El policía acusado, que no quiso dar su nombre, negó haber rociado gas a las estudiantes y haber agredido al fotógrafo. Pero las colegialas le gritaban: “¡Mentiroso!”. Los policías apuntaron los datos de Calahorrano y se retiraron.
La Intendencia controla
La Intendencia de Policía de Pichincha está sancionando a quienes jueguen Carnaval fuera de los planteles en Quito.
Desde el lunes, esta entidad está realizando operativos para evitar la agresión por medio de este juego, además de controlar el desperdicio de agua. Así lo explicó Lourdes Garcés, intendenta.
Los operativos están acompañados de sanciones y multas para los infractores. Según la Intendencia, en caso de que una persona moje a otra con bombas de agua o algún otro dispositivo, podrá recibir multas que van desde USD 4 a USD 7. Además, según el anuncio, el agresor podrá ser detenido por un día.
En caso de que la agresión haya causado una incapacidad menor a 3 días, el causante tendrá 15 días de prisión.
Los menores de edad también serán sancionados. En este caso, la Dinapen será la entidad encargada de tramitar las multas.
Estos controles se están realizando conjuntamente con la Policía Nacional y se mantendrán hasta el próximo martes, el último día de la celebración de Carnaval. Redacción Quito