Aquella foto que publicó diario El Universo, un día de noviembre de 2003, es difícil de olvidar. Recogía el instante en el que un supuesto agente capturaba a un hombre, ahora desaparecido, en un operativo policial en una farmacia, ubicada en una ciudadela del norte de Guayaquil. No sé cuánta relación tenga aquella imagen con la sentencia que emitió este jueves la Corte Nacional contra los policías involucrados en el caso, pero sí creo que esa publicación cambió el curso de la investigación.
Desde entonces la hipótesis de un posible caso de abuso policial y ejecución extrajudicial sacudió a la sociedad ecuatoriana.
Organizaciones de defensa de los Derechos Humanos han acompañado la lucha de los familiares de las víctimas (ocho muertos y cuatro desaparecidos) hasta llegar a una sentencia de primera instancia que esclarece los horrorosos acontecimientos del 19 de noviembre de aquel año. A pesar de lo dilatado del proceso, los medios no abandonaron tampoco la cobertura periodística del atroz caso y la Comisión de la Verdad de la Fiscalía hizo su parte para que las indagaciones sobre aparentes violaciones de derechos humanos por parte de agentes del Estado -policías y militares-llegaran a instancias judiciales.
Con aquel impulso, la Corte emitió su fallo que en buena hora determina que de aquel operativo no tuvo conocimiento la Comandancia de Policía y por lo tanto no se puede endilgar responsabilidad a la institución.
La foto en mención fue el resultado de un oportuno ejercicio de la reportería gráfica; la valiente decisión editorial de publicarla probó que hay cómo jugarse a favor de las causas ciudadanas desde el periodismo. Es algo que no tiene por qué cambiar, aunque hayan pasado 11 años, que ahora exista un escenario político que privilegia la concentración del poder; aunque rija una Ley de Comunicación y funcionen nuevas entidades de vigilancia y control de la información y del trabajo de las empresas periodísticas.