Alfredo Palacios y Lucio Gutiérrez hablan, en una entrevista, sobre lo sucedido con los ‘forajidos’ en abril del 2005. Fotos: Jenny Navarro y Gabriel Proaño/ EL COMERCIO.
El lunes se cumplen 10 años del derrocamiento de Lucio Gutiérrez. Él y Alfredo Palacios hablan, en una entrevista, sobre lo sucedido con los ‘forajidos‘ en abril del 2005.
Lucio Gutiérrez
Han pasado 10 años desde el día en que dejó el poder. ¿Cómo recuerda ahora esa etapa?
A una década del golpe de Estado hay que analizarlo de manera fría y objetiva. Tengo documentos de Wikileaks que revelan que el golpe de Estado en mi contra formó parte de un complot ideológico internacional, liderado por el gobierno del ya fallecido Hugo Chávez, las FARC, cubanos y grupos políticos de extrema izquierda del Ecuador y fue para evitar la firma del tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y la Unión Europea.
¿Qué otros elementos, además de un cable, tiene para asegurar eso?
La primera vez que conocí a Hugo Chávez fue el 1 de enero del 2013, cuando asumí la Presidencia. Luego de las cumbres presidenciales, Chávez me invitaba y conversábamos largas horas, inicialmente sobre el combate a la corrupción, la reducción de la pobreza, pero cuando empezó a insinuar que en Ecuador deberíamos implementar el modelo de Fidel Castro y controlar los medios de comunicación y producción, marqué distancias.
Si lo que sucedió en abril del 2005 fue un golpe de Estado, ¿dónde quedó la revuelta de los forajidos?
Lo que ocurrió el 20 de abril del 2005 fue un golpe de Estado, donde hubo financistas como Hugo Chávez. Los actores materiales fueron los miembros de la cúpula del Mando Militar, que me traicionaron, también los socialcristianos y la Izquierda Democrática. El tema de los forajidos es un mito y les califiqué así a unas 15 personas que, dirigidas por Paco Velasco desde Radio La Luna, atacaron el domicilio de mi hermana. Fue a esas personas a las que lo llamé forajidos, pero jamás al pueblo de Quito. Lamentablemente hubo un sector de la prensa comprometido con el golpe de Estado. Así que si alguien de los quiteños salió voluntariamente a protestar, y pensó que lo llamé forajido, aprovecho y ofrezco disculpas.
¿No cree que la designación de la denominada ‘Pichicorte’ y la intención de traer al país a Abdalá Bucaram causaron molestia en la ciudadanía?
Culparme de destituir a la Corte Suprema de Justicia y reemplazarla por otra es totalmente falso, pues fueron los diputados los que destituyeron a la Corte Febres-Borjista. También es falso el culparme de traer a Bucaram. Sin embargo, utilizaron esa estrategia, para desviar la atención, como parte de un complot ideológico internacional financiado por los petrodólares de Hugo Chávez.
¿Ratifica ahora que uno de sus errores fue haberse rodeado de traidores?
Sí. Los traidores fueron los miembros del Alto Mando Militar, pues días antes del golpe de Estado ellos me juraban lealtad, pero un día antes del 20 de abril filmaron un video en el que me quitaban el respaldo. También Alfredo Palacio, incluso el propio Rafael Correa hacía antesala en la Vicepresidencia para convencerle del golpe de Estado. Pero ahora no tengo rencores contra nadie.
Si tuviera la posibilidad de retroceder en el tiempo, ¿cambiaría algo?
Siempre he sido un respetuoso absoluto de la libertad de expresión. Prefiero fallar por exceso, como en el caso de Radio La Luna, donde me insultaban y, pese a eso, jamás cerramos un solo segundo ese medio. Hoy están convirtiendo al Ecuador en un país de miedo, no hay auténtica democracia ni instituciones independientes. Eso se consiguió con el golpe de Estado.
Alfredo Palacio
Expresidente período 2005 – 2007.
Luego de la salida de Lucio Gutiérrez, se exigía convocar a elecciones. Usted afirmó que su cargo estaba en “manos del pueblo”. ¿Cuál fue el método para tranquilizar a la población?
Simplemente la Constitución. Cuando la gente gritaba en las afueras de Ciespal “fuera todos”, yo respondí que no lo podía hacer porque yo juré respetarla. Hacerlo sería un suicidio, porque no había Corte Suprema de Justicia. Me pedían que disolviera el Congreso, pero si lo hacía terminaba siendo un dictador.
¿Qué más recuerda de ese momento?
Recuerdo la llamada de (León) Febres Cordero, preguntándome dónde estaba. Le respondí que en un sótano de Ciespal. Él me dijo que llamaría a dos contactos, uno de ellos del Comando Conjunto. Segundos después, llamé a Paco Velasco y le pregunté, ¿cómo es eso que afuera están los forajidos exigiéndome salir? Velasco me advirtió que ellos no eran forajidos, sino infiltrados gutierristas. Luego de estas llamadas, en menos de cinco minutos, la misma gente que gritaba ‘fuera todos’, empezó a decir “Palacio, amigo, el pueblo está contigo”. Al ver aquello pensé que ese era el momento propicio para salir de Ciespal. Se acercaron miembros de las FF.AA. para resguardarme, pero no quise. Pasé entre la gente, subí al carro de la Vicepresidencia y me dirigí al Comando Conjunto, en donde puse las cosas en orden.
Se dijo, incluso, que usted estuvo secuestrado…
Cabe la posibilidad de que alguien intentara amenazarme o realmente hacerme algo malo. ¿Qué hubiera pasado si yo aceptaba salir en el baúl del automóvil, como me había propuesto una escuadra militar? No sabría dónde iba a terminar.
Gutiérrez calificó como ‘forajidos’ a los movilizados. Hubo contramarchas a favor del Gobierno, que pudieron generar más violencia. ¿Pudo hablar con él para calmar los ánimos?
En ese entonces no estaba cercano al Gobierno ni al presidente Gutiérrez. Fui al Congreso y expuse algunas maniobras que el Gobierno hacía para desprestigiar a la gente. Luego de eso fui a hablar con el Presidente y señalé las cosas que ocurrían, pero al ver que no tenía ninguna respuesta, me retiré.
Usted dijo que había que “refundar la Patria”. ¿Qué hizo para ello?
Una refundación la hicimos y está en marcha. El FMI había acostumbrado poner de rodillas a los presidentes. El Fondo de Estabilización, Inversión Social y Productiva y Reducción del Endeudamiento Público (Feirep) no sigue igual. Esto lo cambiamos con Rafael Correa (ministro de Economía) y conseguimos que del 70% que se gastaba en recomprar deuda, 45% fuera para la reactivación productiva. Ya no era 5% para salud y educación, sino 15% desde este fondo. Hicimos también cambios en la Ley de Hidrocarburos y en la caducidad de la Oxy.
El presidente Correa había participado de las movilizaciones, según una imagen de televisión, y luego usted lo escogió como ministro de Economía.
Yo creo que Rafael (Correa) fue forajido. Cuando fui Vicepresidente tuve mucha gente que espontáneamente me ayudaba. Me escribían correos por mi criterio sobre el Feirep; uno de ellos fue Rafael Correa. Cuando ya se quemaban las papas, antes del 20 de abril, vino a verme, junto a otros forajidos, para saber qué estábamos haciendo. De ninguna manera quiero que piensen que estábamos conspirando sino que nos convocábamos por la nación.