Humillado por la goleada 5-1 sufrida ante el equipo ecuatoriano de Liga de Quito, en el partido de ida de las finales de la Copa Sudamericana, el Fluminense volvió a Río dispuesto a recuperarse y buscar nuevos milagros, en el torneo continental y en el Campeonato Brasileño.
“Estamos en el límite de dos competencias. Desafortunadamente, tuvimos un desliz muy grande, pero nadie se murió”, afirmó ayer el técnico Alexis ‘Cuca’ Stival (der.), quien busca ahora recuperar el ánimo de sus pupilos con miras al partido del domingo contra el Vitoria, por el torneo local y a la revancha del miércoles contra LDU.
“No podemos culpar a los muchachos por la derrota. Nuestro equipo es joven”. DPA