La filtración

Una gran conmoción se ha producido en la conciencia mundial luego de conocerse la filtración de miles documentos secretos -informes y comentarios- de los EE.UU. en el sitio de Internet Wikileaks. Es un tema que involucra varios aspectos relacionados con la seguridad nacional y la ética, con el ejercicio de la libertad de expresión y con el derecho a la información del ciudadano del mundo. En este sentido, fue apropiada la presentación de estos dilemas en el editorial de EL COMERCIO del 30 de noviembre pasado.

Por estos motivos y, en orden de importancia, hay que señalar que todo parte de error grave de seguridad en los sistemas de comunicación de EE.UU., máxime cuando se conoce las posibilidades de los recursos tecnológicos para penetrar la reserva y el secreto que son compresibles en toda actividad humana; mucho más, en lo relacionado con la política exterior de la primera potencia mundial. En este sentido, para ubicar el núcleo del problema -porque es un problema conocer irregularmente los entretelones de la política exterior de un país- es necesario distinguir los informes y los comentarios; distinción indispensable para evitar las rasgaduras de vestiduras de odiadores profesionales del ‘imperio’ como ha sucedido con el desaguisado del vicecanciller ecuatoriano que ya ofreció asilo a los responsables de la emisión de Wikileaks.

Luego, es necesario distinguir éticamente la conveniencia pública de adelantar información estratégica cuyo conocimiento público no es indispensable y que podría ser contraproducente, de aquella que es necesaria conocer para determinar responsabilidades políticas o judiciales. En lo primero es válido la reflexión del editorial de El País de Madrid: “Gracias a la filtración se ha tenido constancia de que las monarquías petroleras del Golfo comparten los temores de la comunidad internacional. El problema es que también Teherán ha podido conocer las intenciones y los sentimientos que albergan sus vecinos ante su creciente hegemonía en la región'”.

En el segundo aspecto -derecho a la información- en los mismos EE.UU. fue muy conveniente que la Corte Suprema de Justicia haya resuelto que correspondía informar sobre los documentos relacionados con el estado de la guerra de Vietnam, era necesario superar el maquillaje informativo que ocultaba la verdad a un pueblo que estaba ofreciendo ciegamente la vida de sus jóvenes.

El periodista tiene que informar todo lo que documentadamente conoce. Debe ser cauteloso y no escudarse en el anonimato al utilizar las herramientas tecnológicas. La prudencia ética debe ser firme y rígida sobre temas muy riesgosos como son los casos del terrorismo y la peligrosidad nuclear. En el caso revelado de Sudamérica las revelaciones provocarán un cambio de las percepciones políticas y de las realidades diplomáticas.

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