Los fieles preparándose para la procesión. Foto: EL COMERCIO
Fue uno de los primeros en llegar a la calle Imbabura, en el Centro Histórico de Quito. Luis Chuquitaro tenía en sus hombros una cruz de madera de 2,5 metros que esperaba cargar en la procesión de Jesús del Gran Poder, que se hace este 3 de abril del 2015.
Él armó la cruz luego de que su madre, Ligia Faicuan, falleciera hace tres meses. Tenía 72 años de edad. Poco antes de que muriera, por causas naturales, Chuquitarco le había prometió cambiar, acercarse más a Dios, ordenar su vida.
Pero a ella no le alcanzó la vida para verlo y eso, a Chuquitarco, le pesaba más que la cruz de madera. Quería alivio, esperanza y ganas de vivir. Esperaba encontrar algo de paz en la procesión.
Los fieles haciendo fila para ingresar al colegio San Andrés y vestirse de cucuruchos. Foto: EL COMERCIO
Él llegó cerca de las 07:00, a la hora que se había citado a los fieles, en el colegio San Andrés. Había cuatro cuadras de personas haciendo fila, impacientes por entrar y colocarse sus trajes morados de cucuruchos que evocan la penitencia. Y los trajes de verónicas, negros, por el luto de la muerte de Cristo.
Chuquitarco encarnó a Cristo para la procesión: el torso descubierto, un pantalón corto y los pies descubiertos. La corona de espinas calando la frente y perdiéndose entre el cabello negro crecido. Iba a recorrer todo el centro de la capital.
Desde las calles Bolívar, Venezuela, Manabí, Vargas, Riofrío, García Moreno, Sucre hasta la Iglesia de San Francisco, la ruta oficial de la procesión. Desde las 09:00 está prevista la participación de unas 300 000 personas.