En el 2011, Ernesto González se desempeñaba como jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Entrevista con Ernesto González, general retirado, exjefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
Hace más de una semana, los militares en servicio pasivo mantuvieron una reunión y hablaron de los cambios que se plantean y del juicio que exuniformados enfrentan por supuestos casos de lesa humanidad. ¿Qué es lo que preocupa a los oficiales retirados de las Fuerzas Armadas?
La acusación de la Fiscalía de la sobre supuesto delitos de lesa humanidad. Si entendemos el concepto de lo que significa lesa humanidad, que se trata de un ataque sistemático contra la población civil y que la población tenga conocimiento de dicho ataque. Eso es lo que no tiene desconcertados porque las Fuerzas Armadas (FF.AA.) del Ecuador nunca ha cometidos crímenes de lesa humanidad, ataques a gran escala que esté comprometido gran parte de la población. Al contrario, las FF.AA han estado cerca del pueblo.
La Fiscalía, en el caso de lesa humanidad, dice que existió un aparato estatal, conformado por la Policía y las FF.AA., para cometer estos delitos…
Hay que recordar que la Comisión de la Verdad se creó para investigar estos supuestos delitos. Se levantaron dos informes periciales, un era sobre el contexto de la represión y el terrorismo de estado en el Ecuador y el otro sobre el análisis histórico sociopolítico del país desde su regreso a la democracia. De estos la Fiscalía toma datos erróneos.
¿Cómo cuales?
Por ejemplo, dice que era taques sistemáticos, porque nos hemos valido de los planes de defensa interna. Pero estos no pueden ser tomados como argumentos para decir que sirvieron para cometer crímenes de lesa humanidad, porque estos planes de defensa siempre han tenido las FF.AA. Ahora existen estos planes.
¿En estos planes se mencionaba alguna orden específica contra los integrantes de la agrupación subversiva Alfaro Vive Carajo?
Normalmente a las amenazas se las identifica y estas van cambiando y evolucionando. En el país, en la década de los 80 apareció este grupo subversivo. Lo que le correspondió a las FF. AA., en un gobierno democrático, fue poner en vigencia estos planes.
¿Cuál es el problema, entonces?
Se lo sataniza porque existe la palabra ejecución, que vamos a ejecutar a los movimientos subversivos. Lo que se desconoces es que estos planes pasan por fases y de acuerdo cómo se vaya desarrollando la insurgencia. Cuando esta es incipiente toma control la Policía, pero cuando alcanza niveles como los de Colombia ahí sí se recurre a la eliminación.
¿En 1984, para las FF.AA. cuál era el escenario?
El contexto era que había un aparto subversivo que quiso llegar al poder por las armas. En Colombia y Perú esas agrupaciones ya habían tenido un desarrollo avanzado. En ese entonces, los grupos en Ecuador se pusieron en contacto con los aliados, recibieron apoyo, entrenamiento en Libia y se hablaba del famoso Batallón América que iba a librar a los pueblos de los gobiernos represivos y atacaría el capitalismo. Ese fue el contexto que vivimos. Ecuador gracias al Gobierno, a sus Fuerzas Armadas y a la Policía no llegamos a tener un terrorismo como el que vivió Perú o el que aún vive Colombia.
¿Eso no significa que no haya habido excesos?
Indudable que se pudieron haber presentado hechos aislados. Tal vez, algunos funcionarios del Estado exageró, pero lo que no podemos aceptar es que se hable de una generalidad, que se hable de una política de Estado en la que se han confabulado la Policía, las Fuerzas Armadas, el organismo judicial para implementar un terrorismo de Estado. Nuestro interés no es para nada político. Se dice que estos juicios son de título personal, pero no es así, estamos afectando el prestigio y el honor.