Fernando Alvarado (centro) admitió que hubo censura durante la jornada del 30 de septiembre del 2010. Foto: El Comercio
En la última jornada del Encuentro Latinoamericano Progresista, ELAP 2015, se dedicó un espacio para hablar sobre el periodismo. Pedro Brieger, periodista y sociólogo argentino; Orlando Pérez, director de El Telégrafo; y Francisco Sierra Caballero, director general de Ciespal, participaron este 30 de septiembre de 2015 en la mesa redonda Democratización de los medios de comunicación, una apuesta nacional y regional.
El moderador de este encuentro, efectuado en Quito, fue el secretario de Comunicación de la Presidencia de la República, Fernando Alvarado, quien dio un discurso introductorio. Aunque dijo que cinco minutos era muy poco tiempo para dar el mensaje que tenía previsto, los usó para “dedicar un homenaje a los caídos del 30 de septiembre” del 2010.
Allí admitió que ese día hubo censura informativa, con base en el estado de excepción decretado aquella mañana: “Nosotros tuvimos que imponer una censura de comunicación para hacer conciencia”.
Alvarado dijo que se decidió “que solamente se muestre a los ciudadanos que estaban tratando de defender la democracia, que se de voces a los que realmente estaban interesados en tener un concepto, el concepto del poder soberano y la decisión de las grandes mayorías, el concepto de la Constitución y la democracia, lo más preciado para el país. Y eso fue lo que hicimos: bloqueamos la información mediática dedicada a caotizar, a asustar y pusimos lo que realmente estaba en juego de fondo: un Presidente secuestrado, con una gran posibilidad de ser asesinado -magnicidio-, una Asamblea tomada”.
Ese día, cuando un grupo de policías protestaban por un descontento referente a asuntos salariales, el Gobierno decidió ordenar la transmisión de una cadena televisiva desde Ecuador TV. Para Alvarado, fue una jornada en la que “se vieron los rostros de los poderes de la comunicación”. Dijo que, antes que nadie, estuvieron las microondas de Teleamazonas y Ecuavisa para transmitir lo que ocurría.
Alvarado señaló que los medios no posicionaban el fondo de lo que estaba pasando “sino empezaron a publicar solamente el caos, es decir, aeropuertos cerrados, un Presidente secuestrado, puentes tomados, negocios privados vandalizados. Ese fue el rol de los medios de comunicación grandes que tenían la oportunidad histórica de decirle al país que no estaban de acuerdo con lo que estaba ocurriendo. Simplemente querían raiting, querían show y quizás querían apoyar el caos para que caiga un Presidente de la República al cual no le simpatizaban”, acusó.
Luego, el Secretario de Comunicación afirmó que la comunicación “del otro lado” tuvo que ordenar una cadena nacional indefinida e ininterrumpida. Según su criterio, eso “pudo salvar la tranquilidad nacional”.