La feria de pirotecnia se realiza desde 2013 en Guayaquil. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
La feria de fuegos artificiales en Guayaquil incrementó su actividad comercial en las últimas horas del 2017. Se instaló en la explanada del estadio de Barcelona, en el sureste la ciudad. Está abierta de 10:00 a 22:00 y se desarrollará hasta el 31 de diciembre.
En un área de 152 metros cuadrados de extensión, se distribuyen 52 carpas para la venta de los artefactos pirotécnicos importados legalmente. Es la quinta edición de la feria que inició en 2013.
Este sábado 30 de diciembre del 2017, José Jara llegó al lugar. En su familia es una tradición despedir el año con estos juegos. “Lo bueno es que todo está en un mismo sitio y hay resguardo policial. Este es el segundo año que vengo acá y me parece bien organizado”, comentó luego de salir con sus compras de una de las carpas. La gama de productos es variada y cuentan con instrucciones de uso. Cumplen con normas establecidas por el Servicio Ecuatoriano de Normalización (INEM).
Las denominadas abejitas, son de las más económicas. Se trata de un pequeño artefacto con el diseño del animal. Debe encenderse con un fósforo y luego vuela por los aires proyectando destellos luminosos. Se venden a USD 0,10 por unidad.
El ‘pop pop’ también es barato. No necesita ser accionado con un fósforo, únicamente se lanza contra el piso y emite un efecto sonoro similar al de una explosión.
En la cerca metálica que divide la calle y la vereda de la explanada, se colgó pancartas con exhortos a los visitantes para advertir del buen uso de la pirotecnia. “Jamás lances un juego pirotécnico contra la gente, puedes provocar un accidente” o “el uso de los pirotécnicos es solo para adultos”, son algunas de las frases que pueden leerse.
Kathy Huebla, una de las vendedoras, dijo que uno de los productos más comprados es la torta de 19 tiros de fuegos artificiales. Se accionan al encender una mecha y expanden luces a una altura de más de ocho metros en diferentes formas. También se ofertan bengalas con un efecto similar.
Edison Albán acudió a la feria con su esposa y su hijo de 8 años de edad. Llegó a Guayaquil desde Ambato para visitar a familiares por las festividades de fin de año. Es la primera vez que acude y tiene previsto regresar mañana. “Vinimos a comprar pocos juegos para ver cómo funcionan y probarlos. Mañana regresaremos a comprar los que más nos gusten”, dijo.
Junto a las carpas también hay venta de monigotes de precios variados que van desde los USD 30. También se exhiben muñecos gigantes para la toma de fotos. Según los comerciantes, en los dos últimos días del año aumentan las ventas.