Feligreses pernoctaron en el parque Samanes

En el parque Samanes pecnotaron fieles de Costa y Sierra. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

En el parque Samanes pecnotaron fieles de Costa y Sierra. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

En el parque Samanes pernoctaron fieles de Costa y Sierra. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

La fe vale cualquier sacrificio y si se trata de ver al papa Francisco en persona, mucho más. Con esa consigna, centenares de feligreses pernoctaron dentro del parque Samanes, en el norte de Guayaquil, para asegurarse las mejores ubicaciones para escuchar la misa campal que el Sumo Pontífice oficiará la mañana de este lunes 6 de julio, la primera de su visita pastoral de cuatro días a Ecuador, y también la que inaugurará su primera gira por Sudamérica.

El césped que cubre amplios sectores del parque Samanes hicieron de cama para decenas de fieles ‎que llegaron de fuera de la ciudad.

Ariel Mendoza desde Manta con dos amigos llegó la tarde del domingo. En la ciudad alquilaron una habitación cerca de la Terminal Terrestre. "Buscamos un cuarto solo para ducharnos y dejar las maletas. Pero anoche venimos a pernoctar para ver si conseguimos un buen puesto". Ariel, un joven de 23 años de la congregación Virgen del Rosario, durmió en un 'sleeping bag' cerca del ingreso al área que conducía directamente al templete.

Otros feligreses prefirieron pernoctar en pequeñas carpas de 'camping', aunque alejadas del templete, porque la Policía y el voluntario impidió la instalación para evitar complicaciones con el ingreso de otros fieles.

Ana Caizaluisa y su esposo Juan Calle aguardaban dentro de un estrecha carpa instalada en el césped. Llegaron de Loja la noche del domingo con la esperanza de ver de cerca A su Santidad. "Puede que sea la única vez que podamos ver al Papa en persona, no importa el sacrificio".

Ya para las 06:00, cuando desde un tarima adjunta al templete empezó el primer rezo del día, el área ‎asignada para escuchar la misa papal estaba llena. Los grupos musicales comenzaban a animar a los fieles desde la tarima ubicada a la derecha del templete, para alejar el frío que hasta bien entrada la mañana se sentía en el descampado.

Fue cuando la aurora se llenó de música de todo tipo. El grupo juvenil Sacramento interpretó, a ritmo de rock, temas católicos como Estrellas de Jesús.

A su turno, el grupo Los Heraldos de Cristo, de la iglesia Santo Domingo de las Peñas, interpretó alabanzas en ritmo de merengue y cumbia.

Esto mientras la animadora en tarima pedía a los asistentes "hagamos una barrita que la gente como que se está durmiendo".

En los exteriores, las filas de personas parecían interminables mientras la "marea" humana sigue ingresando por los tres accesos al establecidos para el campo eucarístico.

Suplementos digitales