En el Centro Histórico de Quito cuatro farmacias atienden las 24 horas del día. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Lorena Estrada, de 39 años, atiende en la farmacia Reino Unido en el Centro Histórico de Quito, en las calles Cuenca y Mideros.
Esta es una de las 18 farmacias que deben cumplir con el turno de 24 horas, entre el 30 de mayo y el 6 de junio. Esta labor la deben cumplir este tipo de establecimientos una vez al año.
En el Centro Histórico, en lo que compete a este grupo, son cuatro las farmacias que deben atender en este horario.
En otra de las boticas quien atendía prefirió no identificarse. Para ella, la atención nocturna conlleva problemas de inseguridad, no solo para los dependientes sino también para la clientela.
Explicó que en el turno se debería tener personal de seguridad que circule por las calles para evitar robos.
Además, refirió que las ventas por la noche y madrugada son bajas, apenas en esta semana ha vendido USD 7, 50.
En la farmacia que Estrada atiende hay una situación distinta. Al ser pocas las farmacias que atienden por la noche hay movimiento de clientes que llegan desde diversas zonas de la ciudad.
Pero ¿Qué es lo que más se vende en las noches y madrugadas? Medicina para el dolor y condones. El Diclofenaco en presentación inyectable. Es lo que más se adquiere en la farmacia de Estrada.
El problema también radica en la competencia de las grandes cadenas, que ofertan medicina a domicilio y eso para el cliente es mucho más cómodo, afirma.
Toda la noche la madrugada estas farmacias permanecerán atentas de que alguien llegue a requerir algo.
Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO