Familiares del equipo periodístico de EL COMERCIO revelan los nombres de los tres secuestrados

Familiares del equipo periodístico de EL COMERCIO revelan los nombres de los secuestrados en Mataje, Esmeraldas (norte de Ecuador) el pasado 26 de marzo del 2018. En la foto, los familiares en la Tribuna del Sur este 1 de abril del 2018. Foto: EL COMERCIO

Familiares del equipo periodístico de EL COMERCIO revelan los nombres de los secuestrados en Mataje, Esmeraldas (norte de Ecuador) el pasado 26 de marzo del 2018. En la foto, los familiares en la Tribuna del Sur este 1 de abril del 2018. Foto: EL COMERCIO

Familiares del equipo periodístico de EL COMERCIO revelan los nombres de los secuestrados en Mataje, Esmeraldas (norte de Ecuador) el pasado 26 de marzo del 2018. En la foto, los familiares en la Tribuna del Sur este 1 de abril del 2018. Foto: EL COMERCIO

“Las familias de los tres trabajadores de la comunicación secuestrados hemos decidido dar a conocer sus nombres públicamente pues estamos convencidas de que saber quiénes son permitirá que todo el país se nos una en el pedido de su pronta liberación”. El comunicado fue leído por Ricardo Rivas, la mañana de este domingo 1 de abril del 2018, en un plantón desarrollado en la Tribuna del Sur, en la av. Teniente Hugo Ortiz, en Quito, Ecuador.

“Paúl Rivas Bravo, 45 años, fotógrafo. Javier Ortega Reyes, 32 años, periodista. Efraín Segarra Abril, 60 años, conductor. Estos son los nombres de los integrantes del equipo de diario El Comercio que fue secuestrado el 26 de marzo del 2018 en la parroquia de Mataje, cantón San Lorenzo, provincia de Esmeraldas, frontera norte con Colombia, mientras hacían su trabajo, mientras realizaban una cobertura periodística sobre las condiciones de vida de los pobladores que habitan en esta zona, en la que en los últimos meses se han registrado varios atentados con explosivos”, reza en un comunicado, emitido por las tres familias.

“Hasta ahora, por recomendaciones oficiales y para garantizar la seguridad y buen avance de las investigaciones, se ha mantenido la identidad reservada; no obstante, cuando han transcurrido siete días desde la confirmación de su secuestro consideramos que es prudente terminar con ese sigilo y darle un nombre y un rostro a nuestros seres queridos”.

“A quienes tienen retenidos a Paúl, Javier y Efraín queremos pedirles que nos devuelvan a nuestros hijos, a nuestros padres, a nuestros hermanos, a nuestros nietos, a quienes amamos profundamente. Que sepan que estos siete días sin saber de ellos han sido dolorosos, llenos de ansiedad, que las noches se hacen días -y viceversa- y que lo único que deseamos es que en la próxima comida ellos estén en nuestra mesa como hace una semana cuando partieron desde Quito con la convicción de que con su trabajo garantizaban el derecho humano a la comunicación”.

“Confiamos en que las autoridades, Policía y Fuerzas Armadas, tanto de Ecuador como de Colombia, pondrán a disposición todo su contingente y no escatimarán esfuerzos para traer de vuelta, sanos y salvos a Efraín Segarra, Javier Ortega y Paúl Rivas. La vida de nuestros seres amados es valiosa y esperamos que tengan eso presente en cada paso que se da en el proceso”.

“Hoy que se celebra una de las fiestas mayores de la iglesia pedimos a los creyentes que los incorporen en sus oraciones; y a los no creyentes que los piensen y pidan públicamente por su liberación. Pedimos al país, a esta comunidad de gente noble y solidaria que no los olvide, que se una a nosotros en los esfuerzos para lograr que vuelvan a sus hogares”.

“Pedimos a las instituciones públicas y privadas, a la academia, a las organizaciones de la sociedad civil que se unan a nosotros en los esfuerzos para que el retorno de Paúl, Javier y Efraín sea pronto una realidad”.

“Agradecemos de todo corazón todas las muestras de solidaridad en estos días de tristeza, han sido un aliciente en medio de todo el dolor que experimentamos. Pese a ello, estamos fuertes, hacemos el seguimiento de todo lo que sucede, estamos y estaremos atentos y vigilantes”.

“Javier, Efraín y Paúl los esperamos en casa, están en nuestros pensamientos a cada segundo. Sepan que tienen miles de personas que todos los días despiertan con la esperanza de saber que han vuelto. No están solos, no descansaremos hasta que se reúnan con nosotros en un abrazo”.

 

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