Los Ángeles. AFP
La familia de Michael Jackson planificaba ayer tributos funerarios alrededor del mundo, cuando las causas de su muerte siguen siendo un misterio luego que la Policía no hallara evidencias contra el médico personal del ícono pop, quien fue el último que lo vio con vida.
Los Jackson se reunieron con el reverendo y activista Al Sharpton para discutir los planes de un homenaje a la estrella, que murió repentinamente el jueves a los 50 años. Sharpton dijo que la familia está considerando una serie de tributos simultáneos alrededor del planeta para reflejar la popularidad del cantante de Thriller.
Sharpton también comentó que los Jackson están molestos con la cobertura de la muerte, que se concentra en los problemas (acusaciones de abuso sexual de menores, deudas financieras y la adicción del astro a las medicinas recetadas).
El sábado, un patólogo contratado por los Jackson realizó una segunda autopsia, no se divulgó ni una palabra de su resultado.
La autopsia independiente obedeció a “preguntas sin respuestas” que tenía la familia Jackson sobre el papel del médico del cantante, Conrad Murray.
El reverendo Jesse Jackson -sin relación familiar con el rey del pop- dijo que los deudos de Michael sospechaban del papel del médico, que según la grabación del llamado al 911, se encontraba el jueves junto al cantante cuando colapsó en su mansión de Bel-Air.
Según informes locales, Jackson recibió antes de morir una inyección de un medicamento contra el dolor, Demerol, un narcótico sintético similar a la morfina. El diario Los Angeles Times, citando una fuente cercana a la investigación, afirmó que no hubo “alerta roja ni evidencia flagrante” en contra de Murray que emergiera del interrogatorio que le hizo la Policía al médico.