La teniente quiteña María José Narváez se convirtió en la primera mujer piloto de rescate de helicóptero. Foto cortesía FAE.
Con tan solo 26 años de edad, María José Narváez, teniente piloto de aviación, se convirtió en la primera mujer piloto rescate de combate en helicóptero de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE).
Luego de ejecutar exitosamente 13 misiones de vuelo y como parte del curso LC-2 (Listo para el Combate), cumplió su Vuelo Solo en el equipo TH-57.
Fue en la base aérea Simón Bolívar, en el Ala de Combate No. 22, que esta oficial quiteña realizó una misión de vuelo por el lapso de 30 minutos con topes y despegues en el Aeropuerto Internacional José Joaquín de Olmedo de Guayaquil.
Según explicó, para volar helicóptero se necesita de más coordinación y más concentración que una aeronave de ala fija. Para esto se necesita tener más del 100 por ciento de todos los sentidos debido a que la aeronave no es fija y es liviana. “Es un orgullo ser la primera mujer piloto de rescate de combate. Todo logro representa sacrificio y esfuerzo. Estoy feliz por ser la primera piloto de helicóptero”.
Este viernes 29 de enero del 2016, al finalizar la misión y luego de que realizara su vuelo sola, se efectuó el bautizo que representa sacrificio, esfuerzo y la entrega por servir a la patria. El Comandante del Ala de Combate No. 22, coronel Galo Venegas le hizo entrega del Jockey perteneciente al Escuadrón 2212 “Lobos”, y con su nominativo ‘Venus’ y una corona .
Por primera vez en la historia a los 96 años de Creación de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, en el Escuadrón Lobos, conformado hasta ahora por 24 pilotos del sexo masculino, existe una mujer.
María José Narváez ingresó a la FAE luego que la entidad eliminó una norma que no permitía el ingreso de mujeres aspirantes a piloto.
Se graduó en la Escuela Superior Militar de Aviación Cosme Renella de Salinas. Allí, en el 2011, junto a Johanna Santacruz se convirtieron en las dos primeras mujeres pilotos de combate de la FAE. Posteriormente fue transferida a la Base Aérea Simón Bolívar de Guayaquil.
Su siguiente paso será iniciar la preparación para nuevas etapas, como el vuelo nocturno y el aterrizaje en otro tipo de terreno.