Aproximadamente a las 11:00 de hoy (22 de julio del 2015) ocurrió una explosión en las calles Guayaquil y Galápagos, en el centro de Quito. Según el primer reporte de las unidades de socorro, al parecer, el hecho se originó por la fuga de gas (GLP).
Una persona resultó herida y es atendida por paramédicos de una ambulancia del Cuerpo de Bomberos. No es un caso aislado.
La semana pasada, tres familias perdieron su hogar debido a un incidente similar. Ocurrió en la Real Audiencia y Nazaret, en el norte de la ciudad. La explosión causada por fuga de gas derrumbó tres cuartos de bloque y adobe, y una persona resultó herida.
Según el reporte del Cuerpo de Bomberos, de enero hasta mediados de julio del 2015 se registraron 1 078 eventos relacionados con fugas de gas (GLP) en el Distrito Metropolitano. Además, 48 explosiones causadas precisamente por fuga de gas. Solo en marzo se atendieron 10 explosiones de este tipo.
Para tener una idea, en junio, por ejemplo, los bomberos registraron 235 emergencias causadas por fuga de gas. Es decir, más de siete al día.
Al comparar esa cifra con años pasados, se evidencia que el número de emergencias de ese tipo aumentan. En todo el 2014, por ejemplo, hubo 881 casos de fuga de gas. 197 menos que los registrados en el primer semestre del 2015.
Las explosiones también han aumentado: en el 2009 hubo 19, en el 2011 ocurrieron 25, en el 2013 se registraron 57 y el año pasado 65.
¿Cuál es la causa para que las cifras aumenten en esa medida?
Para Cristian Rivera, titular del COE Metropolitano, hay varias razones por las cuales hay un incremento en las deflagraciones por acumulación de gas. La primera es la falta de cultura en gestión de riesgos. Las personas no cuentan con un plan de autoprotección. Además, señala Rivera, hay descuido por parte de la gente que se refleja, por ejemplo, al no dejar cerrando las válvulas de paso de gas o el regulador, y no dar mantenimiento de cocina y mangueras.
Es la mala utilización de ese tipo de energías por parte de las personas lo que produce peligro. “Si se conoce el riesgo del GLP, la gente debe capacitarse, buscar empresas especializadas para que den un correcto mantenimiento al sistema, y poner en práctica las medidas de autoprotección”.
Para Rivera, el incremento en las cifras se debe a que gracias a la tecnología y las redes sociales, este tipo de casos se dan a conocer con mayor rapidez, pero este tipo de eventos siempre han ocurrido. “Es importante que la gente conozca lo que ocurre, no para que se alarme, sino para que tome conciencia del asunto y trabaje en prevención. Solo así las personas darán un correcto tratamiento a este sistema y se evitará que ocurran más desgracias”.
El COE y el Cuerpo de Bomberos hacen las siguientes recomendaciones para prevenir emergencias:
1. Nunca reciba cilindros de gas doméstico en malas condiciones o con fugas. Revise que tengan su sello de seguridad.
2. Transporte adecuadamente los cilindros. Evite golpearlos y rodarlos por las calles.
3. El cilindro debe ser colocado en un lugar ventilado y en posición vertical, preferentemente en la parte exterior del domicilio, nunca cerca de las hornillas.
4. Hable con los niños de casa sobre los peligros del GLP y no permita que ellos manipulen o jueguen con el tanque
5. Es importante revisar periódicamente que las conexiones del cilindro de gas a la cocina se encuentren en buen estado. Verificar que las mangueras, abrazaderas, reguladores, válvulas, hornillas y perrillas funcionen de la manera adecuada.
6. Se recomienda cambiar la manguera y regulador de su tanque máximo cada cuatro años.
7. Si va a salir de casa o a dormir, verifique que las perrillas de la cocina y el regulador del cilindro de gas estén cerrados correctamente.
8. Nunca instale un calefón en el interior de tu vivienda. Ubíquelo siempre en el exterior. No olvide que el funcionamiento del calefón produce monóxido de carbono. Si se encuentra en un lugar con poca ventilación, el peligro de muerte por inhalación aumenta. El monóxido de carbono es un gas toxico, es difícil detectarlo porque no tiene color, olor, sabor, y no produce irritación en los ojos o nariz.
9. Si percibe olor a gas o detecta una fuga en su vivienda lo primero que debe hacer es evitar encender cualquier aparato eléctrico. Inmediatamente cierre la llave de abastecimiento de gas.
10. Abra puertas y ventanas para que circule el aire y el lugar se ventile.
11. Si es posible, instale un detector de gas licuado de petróleo en la cocina.