Hace 10 años Microsoft acabó con Netscape -el buscador más usado en los años 90- gracias al Internet Explorer.
La historia puede revertirse, porque el Explorer tiene cada vez menos usuarios. En marzo del año pasado su cuota en el mercado mundial decreció un 11,4%.
Esta se repartió entre los navegadores Firefox, Chrome y Safari. De estos tres, solo uno (Firefox) se consolida como uno de los mejores navegadores del mercado y un poderoso competidor de Microsoft.
Microsoft es el único responsable de esta caída, por mantener esa política de querer solucionar todas las fallas de seguridad con parcheos continuos que desilusionan a cualquiera.
Lo que molesta es que el usuario tenga que usar el navegador siempre que instale Windows, aunque tenga la intención de probar otra herramienta.
Aunque Microsoft, con frecuencia, mira por encima del hombro a sus competidores, teme que el ícono de Firefox (un zorro abrazado al mundo) sea un preludio de la popularidad que pueda alcanzar este navegador en un futuro.
Hay dos factores cruciales a la hora de navegar: velocidad y seguridad. Firefox es más rápido que el Explorer y es menos atacado. ¿Por qué deberíamos usar Internet Explorer?