Chicago, Reuters
Un grupo de investigadores estadounidenses descubrió un patrón específico de actividad cerebral en las personas que padecen trastorno por estrés postraumático (TEPT), lo que brindaría a los médicos una forma de evaluar la enfermedad.
A través de una técnica de toma de imágenes denominada magnetoencefalografía, que mide cómo el cerebro procesa la información, un equipo de la University of Minnesota y el Centro Médico VA de Minneapolis halló diferencias en la actividad cerebral de personas con TEPT y otras saludables.
Contar con una prueba para el TEPT podría acelerar el tratamiento y simplificar la cobertura médica, dijo el doctor Apostolos Georgopoulos, de la University of Minnesota, cuyo estudio fue publicado en Journal of Neural Engineering.
El TEPT, que es un desorden de ansiedad a veces causado por traumas de guerra, puede provocar la aparición de recuerdos traumáticos, pesadillas, ira o irritabilidad. Actualmente es considerado un “desorden leve”, indicó Georgopoulos en una entrevista telefónica. “Se cree que las personas pueden padecerlo, pero no hay un indicador biológico”, añadió.
El equipo de Georgopoulos estudió a 74 veteranos de guerra con TEPT y 250 personas sin problemas de salud mental. Los expertos controlaron los cerebros de los participantes en busca de una señal que distinguiera a un paciente con TEPT de un voluntario saludable.
Georgopoulos dijo que las técnicas de toma de imágenes actuales, incluida la resonancia magnética, observan la actividad cerebral indirectamente. Para obtener imágenes directas, el equipo usó un dispositivo de magnetoencefalografía de alta sensibilidad, que mide los campos magnéticos generados por la actividad eléctrica en el cerebro.
“Lo que se obtiene de ello es una señal que directamente proviene de la actividad cerebral”, indicó el autor. Las mediciones permitieron al equipo detectar bioindicadores o señales cerebrales en quienes padecían TEPT.
Cuando los autores compararon los resultados de los pacientes con TEPT y las personas saludables, pudieron identificar correctamente al 90 por ciento de los enfermos. “Lo que se tiene en ese desorden es una interrupción funcional de la actividad cerebral. Eso es lo que hallamos de una manera altamente precisa”, señaló Georgopoulos.