Un experto en vestir a todas las ventanas

Redacción Construir
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En el interior del taller de Americancort.com seis personas se movilizan apresuradamente. Encaramados en una mesa, unos dibujan líneas, otros insertan tubos de aluminio y cadenas plásticas y el resto cose y pega. Pero, todos tienen un elemento en común: se mueven alrededor de una tela.

Varios tipos de telones

Las cortinas enrollables  se manejan con cadenas de plástico y no con cordones. Las cadenas son número 10.

Las romanas pueden ser  semiautomáticas o totalmente motorizadas. Funcionan con un control remoto y también tienen cadenas.

Las tipo cebra las hay de  varios colores. La triple shade es la más novedosa del mercado y la screen que es de un solo tono también se impone.

Ángel Chicaiza, gerente del taller, cuenta que el despliegue de gente se debe a la fabricación de cortinas. “Son del tipo romana,  nuevo elemento decorativo para las viviendas. Se diferencian de las persianas tradicionales por su estructura y por los materiales usados en su confección”.

Este  implemento  es confeccionado en tela recta con varillas metálicas horizontales, tipo antena, de dos centímetros de ancho y tienen un freno para recoger y soltar la cortina, añade.

Su experiencia en el tema de las cortinas es de toda una vida. Empezó a fabricar este accesorio cuando tenía 14 años. Pero como los tiempos han ido cambiando se ha visto obligado a  ir generando nuevos productos.

Así, ahora elaboran cortinas llamadas inteligentes. Están hechas de poliéster y fibra de vidrio que ayudan a repeler la acumulación de polvo. Tienen fibras con protección UV que evitan los daños producidos por el sol.

Uno de sus productos estrella  es la cortina denominada cebra. “Tiene una parte transparente y una sólida. Cuando se cierra, el ambiente se oscurece totalmente pero también se puede dejar entreabierta para que haya visibilidad de adentro hacia afuera. Además no produce calor”.

Las nuevas tendencias de cortinas incluyen accesorios de tipo romana, con rieles, con mecanismos automáticos, de tres capas de tela, paneladas... Tienen diferentes grados de visibilidad. Así en el día no se puede ver lo que pasa adentro pero sí se tiene transparencia hacia afuera.

 Para su elaboración sobre la tela se dibujan las divisiones de los diferentes tipos de cortina. Luego se procede a doblar la cortina y se le va insertando los perfiles de fibra de aluminio que son los que van a sostener el producto. Además se colocan los sistemas de rieles o de automatización.

Existe un probador que sirve para demostrar el buen funcionamiento del producto: si se abre o se cierra con facilidad o si el motor se mueve correctamente.

Estos accesorios se arman aparte. El velcro viene sellado sobre los paneles de aluminio. Tiene dos vinchas que son las que ingresan en la riel y se van a la pared. Esto facilita la instalación.

El proceso de elaboración de una cortina romana puede tardar 30 minutos, pero en el caso de las enrollables, su armado puede hacerse en 20 minutos.

Se comercializan por m². El precio se fija según la tela y puede ir desde los USD 25 hasta los  75. Además, los telones que tienen motores cuestan más.

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