Sao Paulo. AFP
La semana de la moda de Sao Paulo acompaña la tendencia de las grandes pasarelas mundiales al presentar colecciones atrevidas que generan ruptura, pero revive la discusión sobre cuántos de esos diseños son experimentales y cuántos están realmente pensados para ser usados.
Para trascender, las colecciones deben ser “inspiradoras y motivadoras, proyecciones, una forma de expresión personal” que después será bajada a tierra para ser llevada a las tiendas, señaló Erika Palomino, consultora de moda y reconocida periodista especializada local.
Los diseñadores que se destacan son aquellos que “no tienen miedo de llamar la atención”, agregó. Por eso es que la originalidad prima a la hora de presentar propuestas en el Sao Paulo Fashion Week (SPFW).
Vestidos de una geometría pura, chaquetas con orificios circulares, hombros exageradamente grandes, faldas de armazones de metal, excesos en la paleta de colores, desmedidas transparencias. Parecería que los diseñadores olvidaron para quiénes crean.
Sin embargo, el público de la pasarela paulista espera más que ropa funcional: busca algo más conceptual, sorpresas rupturistas, indicaron varias mujeres que concurrieron al evento.
“Aquí vinimos a ver lo exagerado. Para ver lo comercial vamos al shopping”, señaló Ligia, una asistente que esperaba por el comienzo del desfile de la modista local Carlota Joakina, el cual mostró creaciones puramente abstractas con formas y siluetas asimétricas, y aplicaciones triangulares que procuraban volumen.
En este mismo sentido, la paulista Andrea prefiere que en las pasarelas se presenten ideas y creaciones complejas. “Para eso son los desfiles. Después en las tiendas uno va a buscar algo de aquello que le gustó”, dijo.
Ciertamente mucho de lo que se presenta en el SPFW “no lo llevaría en la calle, pero a veces se puede sacar algún detalle”, estimó de su lado Sandra, otra aficionada de la moda que recorría los salones a la espera del desfile.