ANSA
Los sobrevivientes del terremoto que devastó Haití el martes abandonan en un éxodo masivo Puerto Príncipe, tanto a localidades rurales del país como en procura de una plaza hacia el extranjero en los vuelos internacionales de socorro que retornan.
La falta de ayuda o su lenta y caótica distribución aumenta el caos y la desesperación de los pobladores en la capital del país.
Según testigos y fuentes periodísticas, miles de personas a pie con bultos y paquetes en sus cabezas o sobre sus espaldas, y otras hacinadas en automóviles y camiones junto a sus pertenencias, intentan llegar a zonas rurales, en las que esperan conseguir hospitalidad de parientes y amigos o tan sólo lograr huir de la pesadilla de Puerto Príncipe.
En el campo, según testimonios, la situación se vislumbra mejor por la ausencia de grandes moles de cemento derrumbadas.
“Esperé dos días, pero no llegó nada ni una botella con agua”, cuenta Yves Manes, que camina lentamente por la calle con su mujer y dos niños, y las ropas manchadas de sangre seca.
“Dicen que hay camiones que sacan a la gente de este infierno. Perdí todo mi dinero, pero puedo dar toda mi ropa, puedo dar cualquier cosas con tal de escapar de aquí”, confiesa.
En tanto, numerosos haitianos que cuentan con pasaportes válidos para viajar al exterior se agolpan en el aeropuerto de la capital con la intención de abordar los aviones de socorro y militares que parten de regreso tras dejar ayudas.
Los efectivos estadounidenses que controlan oficialmente desde el viernes la terminal aérea instalaron una oficina de migraciones provisoria para verificar la situación legal de los ciudadanos que intentan dejar Haití.