Dos de excepción

Al preguntarse en qué se parecían Laura Chincilla y Fernando Kemo Nihua Yeti, había que reconocer cómo hasta el viernes de la semana anterior, eran personas desconocidas para el gran público, pero que fue suficiente lo que hicieron el inmediato feriado para descubrir que se trataba de dos seres excepcionales: la una, profesora de 50 años, se convirtió en la primera mujer elegida como Presidenta de su país, Costa Rica.

El otro se constituyó en el primer profesional de la famosa etnia de los huaoranis -léase con el nombre que era más común: los Aucas:-, que se graduó de una universidad, la de San Francisco de Quito, localizada en Cumbayá.

Respecto de Laura, es lo cierto que algunas encuestas -con todo el relativismo y las imprecisiones que suelen distinguir a las encuestas- habían señalado a la candidata del Partido Liberación Nacional, de centro, el mismo al que pertenece el actual Mandatario Óscar Arias, como probable triunfadora de los comicios de su país, frecuentemente descrito como un remanso de estabilidad, frente a la casi continua turbulencia de las otras naciones centroamericanas.

A su vez, la experiencia de Fernando Kemo Nihua Yetino es menos singular en cuanto a su carrera académica: él acaba de incorporarse como graduado de su promoción, la trigésima en el caso de la USFQ.

Originario de los huaoranis, y “venciendo con entereza los obstáculos obvios de las diferencias de la educación y del lenguaje, alejándose de su esposa e hijos, se graduó junto a sus 552 compañeros de promoción”.

Semejante éxito se logró dentro del Programa de Diversidad Étnica de la USFQ, con los aportes de Repsol YPF Ecuador SA y la Estación de Biodiversidad Tiputini, de la Corporación de Promoción Universitaria.

“Este hecho es celebrado por todo el pueblo huaorani y constituye un ejemplo para los jóvenes que aspiren a realizar estudios universitarios”, concluyó la medular congratulación de la USFQ.

De su parte, Laura, desde San José, la capital costarricense, una vez reconocido su triunfo casi abrumador y noblemente admitida la derrota por los candidatos vencidos, el uno de la llamada centroizquierda y el otro de la derecha, no tuvo inconvenientes para definir su plan de trabajo, con franqueza y claridad.

A ella le preocupan con angustia la inseguridad que va extendiéndose entre la ciudadanía y la falta de suficientes empleos dignos para sus compatriotas.

Como remedios propone no atrincherase en el aislamiento, sino más bien salir a la competencia y firmar muchos e inteligentes tratados de Libre Comercio, así como estimular la llegada de capitales foráneos productivos, que permitirán ofrecer más trabajo.

Hubo pues en estos días dos notabilísimos testimonios de libertad, de creatividad y de tesón llevados con auténtica valentía.

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