Examen forense a los restos hallados en Tumaco se conocerá el 25 de junio

Los familiares de Paúl Rivas, Javier Ortega y Efraín Segarra se reunieron con el  director del Instituto de Medicina Legal de Cali, Jairo Silva (blanco). Foto: EL COMERCIO.

Los familiares de Paúl Rivas, Javier Ortega y Efraín Segarra se reunieron con el director del Instituto de Medicina Legal de Cali, Jairo Silva (blanco). Foto: EL COMERCIO.

Los familiares de Paúl Rivas, Javier Ortega y Efraín Segarra se reunieron con el director del Instituto de Medicina Legal de Cali, Jairo Silva (blanco). Foto: EL COMERCIO.

Desde una terraza, en el noveno piso, se observa parte de Cali, sus avenidas llenas de árboles y edificios de ladrillo.

El bullicio de la tercera ciudad más grande de Colombia pasa inadvertido para los familiares de los periodistas Javier Ortega y Paúl Rivas y del conductor Efraín Segarra.

Ninguno de los 11 allegados ha tenido tiempo de conocerla. Desde su arribo, el viernes (22 de junio del 2018), solo han recorrido los cuatro kilómetros que separan al hotel del Instituto de Medicina Legal. En uno sus laboratorios, peritos colombianos realizan los exámenes forenses para determinar la identidad de los cuerpos rescatados por la Policía en una zona rural de Tumaco, fronterizo con Esmeraldas.

Hasta la mañana de ayer (23 de junio), ninguno de los restos había sido sometido a una pericia antropológica de reconocimiento dental. Pero la noche anterior, el ministro de Defensa del vecino país, Luis Carlos Villegas, había informado que los exámenes dentales daban un 99% de compatibilidad con los periodistas secuestrados y posteriormente asesinados en manos del grupo disidente de las FARC Óliver Sinisterra.

“Esa información no salió del Instituto de Medicina Legal, porque simplemente no hemos iniciado esos exámenes”, dice Jairo Silva, el médico que dirige la oficina forense de Cali. Desmintió que los restos fueran identificados y aseguró que los exámenes estarán listos mañana (25 de junio) al mediodía.

Para los allegados, hay mucha expectativa por encontrarse con sus seres queridos. Christian Segarra vio el tuit del Ministro colombiano y creyó que había terminado la espera. “Ya no pude más. He llorado demasiado. Pensé que sí, que ya se confirmó todo y que ya podría estar con mi padre en el avión y llevarlo a nuestro país”.

Pero las pericias no están listas y los resultados, hasta el momento, no son concluyentes, indicó Silva.

Ayer, en su segundo día de visita en esta ciudad, todos los familiares se reunieron a las 09:00 con Silva en el noveno piso del hotel, que es la terraza. En la cita los familiares permanecieron sentados alrededor de una mesa rectangular, dentro de una carpa plástica. Sobre ellos un sol calcinante, con una temperatura de 29 grados. Frente a ellos estaba Silva y otros funcionarios.

El ambiente fue de tensión y enojo. “No, así no. No en una terraza, no de esta forma”, interrumpió Yadira Aguagallo -novia de Rivas- al Director del Instituto de Medicina Forense, quien en ese momento explicaba sobre las pericias que se han adelantado a los cuerpos hallados en Tumaco, territorio colombiano que limita con Esmeraldas.

“Hasta el momento hemos podido determinar que todas las muertes se produjeron por disparos de arma de fuego”. Fue la única frase que dijo Silva antes de ser silenciado.

Hubo silencio por varios segundos. Los allegados murmuraban y tomaban sorbos de agua helada, mientras intentaban contener las lágrimas.

Inmediatamente, Mariana Serrano, delegada de la Cancillería ecuatoriana, interrumpió los murmullos y en voz baja explicó a Silva que hay un compromiso verbal de funcionarios de Colombia de entregar cualquier información del caso primero a los familiares.

En presencia de los médicos, Serrano leyó la nota de protesta que la Cancillería ecuatoriana envió al Gobierno del vecino país por el manejo de la información. Para el Estado, esto genera sufrimiento a los familiares, más del que ya han atravesado. Jorge Costa, secretario Nacional de Inteligencia de Ecuador, la secundó e insistió en la protesta. Él leyó el comunicado de la Secretaría de Comunicación.

La tarde de ayer, la Cancillería de Colombia emitió un comunicado en el que expresó su sorpresa por la nota de protesta ecuatoriana. “Desde que se registró esta trágica noticia pusimos a disposición del Ecuador todas nuestras capacidades y ayuda; hemos cumplido nuestros compromisos y lo seguiremos haciendo”, dijo.

Tras los reclamos, Silva se comprometió a mantener una reunión reservada con los familiares para explicarles los resultados, que será mañana.

En la reunión participó, mediante vía telefónica, Carlos Eduardo Valdez, director Nacional del Instituto de Medicina Legal de Colombia.

La reunión de 30 minutos terminó con los reclamos de los otros familiares del equipo periodístico de este Diario.

Hasta ayer, la Policía de Colombia o el Ministerio de Defensa tampoco informaron a los parientes sobre las circunstancias del operativo de rescate de los cuerpos. “¿Cómo supieron las coordenadas? ¿Por qué no se informó a la Cruz Roja Internacional, como es el procedimiento? ¿Cómo se aseguraron las evidencias?”.

Son las preguntas que se hace Ricardo Rivas, hermano del fotógrafo, que no han tenido respuestas. La única autoridad del Gobierno colombiano que se ha contactado con ellos es de la Defensoría del Pueblo, por pedido de su par ecuatoriana.

“Nuestros familiares se merecen más que un ‘tuit’”, comentó Aguagallo en una rueda de prensa que se realizó en ese noveno piso, pasadas las 10:00. Calificó de cruel e insensible el trato que han recibido.

Galo Ortega, padre del periodista, recuerda que desde el primer día del secuestro han conocido datos a través de las redes sociales o por la prensa colombiana. Su hijo encadenado, como se mostró en uno de los videos, es una de las imágenes que no olvidará.

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