Quito, AFP
El ex canciller ecuatoriano Fander Falconí, quien renunció por discrepancias con el presidente Rafael Correa sobre un proyecto para dejar bajo tierra 850 millones de barriles de petróleo, dijo hoy que hay presiones para explotar esa reserva.
“Evidentemente hay intereses petroleros alrededor de la iniciativa”, dijo Falconí en una rueda de prensa en la que explicó los motivos de su dimisión de ayer, tras un año en el cargo.
El ex ministro indicó, sin embargo, que “no podría identificar con nombres o apellidos” a los interesados, pero anotó que “ese no es el punto”.
“Esto siempre va a ser un dilema y habrá sectores que estén presionando constantemente para que haya una extracción rápida. Ese siempre ha sido el dilema desde 2007 cuando fue lanzada” la propuesta, sostuvo.
El ex funcionario mencionó que en 2007, cuando comenzó el gobierno de Correa, la estatal Petroecuador “tenía una unidad que se había preparado para la explotación de petróleo durante años”, lo que consideró “legítimo”.
Falconí renunció luego de que el sábado el mandatario tildara de “vergonzosas” las condiciones de un fideicomiso que se firmaría con la ONU para la administración de hasta 3.500 millones de dólares que Ecuador espera recibir de un grupo de países a cambio de no explotar el campo ITT, en el parque amazónico Yasuní.
Correa también amenazó con iniciar la explotación del yacimiento si no se modifican las cláusulas. En diciembre ya había lanzado esa advertencia si para junio no había recaudado los 3 500 millones de dólares (50% del valor que tendría el crudo al precio actual).
El ex canciller consideró inaceptable el calificativo de “vergonzoso” y aclaró que los países involucrados (Alemania, Bélgica y España) no han intervenido en la negociación de las condiciones del fideicomiso.
El mismo era negociado por Ecuador con el Programa de la ONU para el Desarrollo con miras a que administre el proyecto.