Estimulación cerebral se aplica a pacientes que tienen párkinson

El martes, antes de la cirugía, los médicos Verónica Montilla y Fabian Piedimonte. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

El martes, antes de la cirugía, los médicos Verónica Montilla y Fabian Piedimonte. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

El martes, antes de la cirugía, los médicos Verónica Montilla y Fabian Piedimonte. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Cerca de seis horas duró una cirugía denominada de estimulación cerebral profunda, dirigida a un paciente con párkinson, de 68 años. El objetivo: disminuir los temblores característicos de este mal neurodegenerativo.

Además, con el procedimiento quirúrgico realizado el martes en el Hospital Metropolitano de Quito se busca mejorar la rigidez muscular y la lentitud motora, característicos de esta patología. El hombre lleva cinco años viviendo con este diagnóstico.

La neuróloga venezolana, Verónica Montilla, fue parte del equipo que realizó esta operación para mejorar la calidad de vida de las personas que padecen este mal.

En el planeta es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente y afecta a 6,3 millones de personas. La Organización Mundial de la Salud calcula que para el 2030, esta cifra podría duplicarse.

La especialista contó que previo a la intervención, los médicos hicieron un análisis minucioso de la salud de varios candidatos. Evaluaron el diagnóstico, la edad y si tenían comorbilidades o patologías preexistentes, con el objetivo de colocar el dispositivo en el sitio adecuado.

Si no hay inconvenientes se procede con la operación. En ella “aplicamos una nueva tecnología para estimular áreas específicas del cerebro, como el subtálamo que cumple la función de gestionar el movimiento”.

¿Cómo se hizo la operación? El procedimiento es de alta complejidad, pero mínimamente invasivo, aseguran los médicos. Consiste en hacer unos pequeños orificios en la cabeza para introducir unos cables sumamente finos: microcatéteres y electrodos delgados de ocho polos u octopolares. 

En Ecuador se han realizado cirugías como esta, pero se han colocado máximo cuatro electrodos (tetrapolar).

Unos permanecen en la cabeza y otros, en el tórax. En este último dejaron un dispositivo estimulador -similar a un marcapasos cardíaco y del tamaño de un cronómetro-. Su función es enviar ondas eléctricas para potenciar el funcionamiento neuronal; bloquear las señales nerviosas anormales que causan el temblor y otros síntomas de la enfermedad.

Según la especialista, los resultados los pudieron confirmar durante el procedimiento quirúrgico. Como el paciente se mantuvo despierto, le hicieron pruebas en tiempo real, para comprobar cómo ejecutaba movimientos: abrir y cerrar los dedos y la rigidez.

En el sistema público se han desarrollado cirugías de este tipo. En el Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) del Seguro Social se ejecutaron 13 intervenciones, entre 2011 y 2019.

“En este 2020 no se han realizado debido a la pandemia; esperamos retomarlas el próximo año”, explica el neurocirujano Cristian Valencia. Él fue parte del equipo que operó en el Metropolitano.

El médico señala que hay dos tipos de cirugías. En una se colocan electrodos tetrapolares; y en la otra se introducen electrodos octopolares y mayor tecnología. “Por primera vez, en el país hicimos un procedimiento con el dispositivo de ocho polos”. Con esta intervención no se busca una curación total sino una disminución del impacto de los efectos colaterales de esta enfermedad. “El párkinson no tiene cura, sin embargo lo que intentamos es mejorar la calidad de vida del paciente”.

La reducción del consumo de fármacos es otro de los beneficios. Marcos Serrano, neurólogo del Carlos Andrade Marín, señala que el tratamiento tradicional se basa en la toma de medicamentos, en dosis bajas. Comienzan con una tableta y puede llegar incluso a seis diarias.

Cirugías como la de estimulación profunda o el ultrasonido focal de alta intensidad -anota- suponen un gran avance, para erradicar la actividad anormal del cerebro. Esta última aún no se realiza en el país.

En el 2015, en el Hospital Eugenio Espejo también se reportó un procedimiento de este tipo, con un electrodo tetrapolar, recordó el neurólogo Carlos Llumiguano, quien ahora labora en un hospital de Ciudad Real, a 200 kilómetros de Madrid, en España.

“Era lo más moderno de la época, hoy existen nuevos dispositivos, como el mencionado. Es importante mejorar la calidad de vida del paciente”.

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