En el mundo el 90% de las empresas son familiares. Así lo indicó Esteban Brenes, profesor del INCAE Business School y director del programa de alta gerencia de esta entidad.
La explicación la dio en una presentación organizada por la Cámara de Industrias y Producción (CIP). Allí indicó que toda empresa familiar debe contar con un plan de acción para definir a los sucesores con anticipación y contar con una estrategia para ello. Asimismo, permite que las empresas se manejen de una forma menos emocional porque se logra determinar que en los directorios o juntas no solo participen miembros de la familia, sino terceros.
El plan, agregó Brenes, también garantiza que la empresa familiar no se convierta en una especie de sitio de colocación de los parientes y que se busque al personal más calificado para ocupar los cargos, principalmente aquellos en los que deben estar los ejecutivos.
También se puede llegar a definir si se quiere una junta directiva, el tema de la participación accionaria, las reglas con relación a los parientes políticos (el 95% de las empresas en el mundo prefieren no inmiscuir a los parientes políticos en el manejo de la firma). Esto último es clave porque si se establece una política por escrito con relación a este tema se evitará, más adelante, conflictos familiares.
Brenes considera que toda compañía familiar debe asesorarse para su manejo, pero este proceso no debe estar a cargo de un abogado. Esto debido a que ellos se concentrarán en el tema legal y no en la parte empresarial de la misma.
Durante la exposición el catedrático explicó que las cifras revelan que en el mundo la mayoría de empresas familiares perecen en la segunda generación. Sin embargo, considera que hay que delinear lo que en realidad se considera como finalización o fracaso de la empresa.
Para él no es un fracaso la venta si, por ejemplo, se comercializa. La idea es que se venda a un buen precio. Tampoco es un fracaso el que algunos miembros de la familia vendan su participación, siempre y cuando la negociación sea a precios justos.
En Ecuador, dijo, el 90% de las empresas son familiares. Brenes desconoce el contenido y el impacto que pudiera llegar a tener la ley de herencias, archivada temporalmente, en estas empresas. Lo que sí explicó es que en el mundo hay leyes que se aplican sobre empresas, sin importar si son o no familiares.
Para él las amenazas para las empresas no son las leyes, sino el accionar mismo de las compañías. Los conflictos internos, por ejemplo, las ponen en peligro. Lo propio sucede si los ejecutivos, que también son familiares, son poco productivos porque consideran que por su posición pueden llegar tarde e irse temprano.