Este 27 de enero'

Tengo para mí que este miércoles 27 de enero se incorporó ya a la nómina de las grandes fechas que registra la historia del periodismo ecuatoriano, especialmente desde el ámbito de la impresión y de la más espectacular tecnología.

De hecho mientras se escuchaban las explicaciones de los expertos, con todo lo impresionantes que eran, resultaba imposible no reconocer que se trataba de la demostración de un diario tradicional -al fin y al cabo de EL COMERCIO acaba de cumplir 104 años de vida- pero que había derrotado al anquilosamiento; de invicto vigor, pero no de precipitación y, sobre todo, de indeclinable fe en el Ecuador y en sus proyecciones de futuro.

Bajo el desafiante lema de “Descubramos juntos la Nueva Era de la impresión en el Ecuador” de lo que se trataba era de presentar la nueva rotativa del diario, Manroland, armada en el tiempo récord de 12 meses para su complejidad técnica, y sus casi increíbles cualidades: así por ejemplo, la posibilidad de producción cinco veces más considerable que una rotativa plana y la gigantesca gama de artículos, desde libros y revistas y hasta papel de regalo, que podrá ofrecerse al mercado nacional y al del Grupo Andino.

A propósito de las fechas del periodismo, todo comenzó hace poco más de dos siglos, con el Precursor Eugenio Espejo y la publicación quincenal ‘Primicias de la Cultura de Quito’, de muy pobre formato como correspondía a las circunstancias de la época. No se trató de una publicación subversiva ni mucho menos, pero sí tuvo el mérito de ‘poner a circular ideas’ dentro de la cerrada sociedad de la Audiencia de Quito, según lo aseverara el actual presidente del Colegio de Periodistas de Pichincha, René Espín.

Después vino ‘El patriota de Guayaquil’ bajo la inspiración del poeta José Joaquín de Olmedo y, aparte de otras publicaciones menores, fue en la oposición al gobierno de Juan José Flores, cuando el mes de mayo de 1833 comenzó su gallardo enfrentamiento, ‘El Quiteño Libre’ que acabaría con el sacrificio de ilustres víctimas.

Siquiera a grandes saltos, es imposible no acordarse de enero de 1866 cuando aparecería el número inicial de ‘Cosmopolita’, de Juan Montalvo, terrible en el manejo del idioma y sobre todo de los epítetos, como lo podrían atestiguar los años de gobierno del general Ignacio de Veintimilla.

Seguramente los motivos sectarios impidieron que se diera relieve al martirio de un gran periodista, Víctor León Vívar, quien reclamaba porque los que ofrecieron otorgar las libertades habían cumplido su palabra cuando el alfarismo machetero. También Manuel J. Calle estuvo poco después en lo más arduo de los combates periodísticos y en el siglo XX lo mismo ocurriría con Alejandro Carrión Aguirre y muchos otros más.

Fue pues, a estas efemérides a las que se incorporó el singular testimonio del miércoles 27 de enero de 2010.

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