El ajetreo en el recinto Las Golondrinas empieza desde las 05:00. Hombres con machetes y azadones salen a sus labores cotidianas en el campo. Dos de las actividades son la siembra de palma africana de aceite y la explotación maderera.
Este recinto agroindustrial y ganadero, de 126 km2 que colinda con el cantón Quinindé (Esmeraldas), aparece como zona en conflicto por sus límites con la provincia de Imbabura que la reclama como suya.
En esa población viven 5 302 habitantes, según el último censo de población.
Ahí operan empresas dedicadas a la explotación maderera y producción de aceite. Los propietarios de los bosques nativos en comunidades como Hojas Blancas y Chontaduro aprovechan el recurso para su comercialización, actividad de la cual viven muchas familias.
El habitante Francisco Pacho señala que este recinto tiene cerca de 40 años de creación y desde entonces se han presentado los problemas limítrofes.
Pese a la presencia de empresas madereras y palmicultoras, hay problemas viales y del sistema eléctrico. Problemas parecidos se registran en el recinto Simón Bolívar, también conocido como La Sexta de Jerusalén. En esta franja de 19 km2, dedicada a la agricultura, habitan cerca de 5 000 personas.
Los habitantes siembran cacao, palma africana, palmito, plátano y maracuyá.
El alcalde de Quinindé, Manuel Casanova, señala que esta es un área altamente productiva. El potencial agrícola ha motivado el establecimiento de empresas extractoras de palma, como Inexpal, La Sexta y Palmeras de los Andes.
Estas empresas, sumadas las madereras, generan entre 12 000 y 15 000 plazas de trabajo para la gente de la zona y de Quinindé, explica el ambientalista Wagner Ramírez.
El sitio La Sexta está en disputa entre las provincias de Esmeraldas y Pichincha. En ese lugar falta la demarcación de una tramo al este del cantón Quinindé y al oeste del cantón Puerto Quito.
En La Sexta viven familias que emigraron de Manabí, Loja, Bolívar, Cotopaxi y El Oro, entre 1965 y 1970. Llegaron para dedicarse al cultivo de productos.
La disputa entre Pichincha y Esmeraldas por este territorio se profundizó tras la creación del cantón Puerto Quito (Pichincha) en 1996, explica el exlegislador Miguel Ramírez.
Para encontrar una solución, los prefectos de Esmeraldas, Imbabura y Pichincha han iniciado un proceso de diálogos, mediante procedimientos amistosos establecidos en los artículos 21 y 22 de la Ley para la Fijación de Límites Territoriales.
Según esa normativa, el plazo para arreglar los problemas limítrofes entre 16 provincias vencerá el 15 de abril del 2015. La ley, que se aprobó en el 2013, dio dos años a las autoridades para resolver los conflictos internos. En el país hay 768 casos pendientes, de los que 22 son interprovinciales.
El prefecto de Pichincha, Gustavo Baroja, en la última reunión mantenida con sus pares de Esmeraldas, Lucía Sosa; y de Imbabura, Pablo Jurado, señaló que los técnicos de los tres gobiernos provinciales trabajan en la georreferenciación para establecer los límites.
Es decir, se levanta información geográfica de los dos sectores en disputa.