Walter Spurrier: ‘Un ajuste fiscal será la mejor señal de confianza’

Entrevista a Walter Spurrier, director de análisis semanal. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO.

Entrevista a Walter Spurrier, director de análisis semanal. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO.

Entrevista a Walter Spurrier, director de análisis semanal. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO.

¿Usted cree que con el nuevo Gobierno existe una mayor confianza para invertir en el Ecuador?

El presidente Lenín Moreno comenzó aseverando que no usará una moneda electrónica paralela al dólar. Su discurso ha sido buscar una mayor concertación, armar un plan de trabajo en función de todos y no solo de la facción que votó por él, respetar los compromisos de deuda, etc. El Gobierno buscó crear expectativas positivas y lo ha logrado.

¿En qué se evidencia esa mayor confianza?

En estas tres semanas se ve un poco más de dinamismo económico, se ha movido más el comercio y el mercado inmobiliario, hay más disponibilidad de dinero en la banca. En esto también ayudó el ingreso de USD 2 000 millones a fines de mayo pasado.

¿La colocación de bonos fue un reflejo de la confianza en el Gobierno actual?

Las autoridades del Gobierno anterior, que continúan en el actual, dejaron negociada la colocación de bonos, pero quedó pendiente hasta ver la actitud del nuevo gobernante. El Presidente dijo que respetará los compromisos internacionales y eso permitió la colocación de bonos, aunque en las mismas condiciones de antes. Los anuncios de austeridad fiscal ayudaron a que inversionistas se interesen en los bonos, pues tienen la expectativa de que la situación económica del país mejore.

¿Las acciones del nuevo Gobierno han generado ese ‘shock’ de confianza que demandaba el sector privado para reactivar la economía del país?

No hemos visto acciones, solo han sido declaraciones. El clima de confianza se sostiene en realidades y el Presidente deberá concretar varias promesas, como la austeridad fiscal. Pero vemos que el Ministro de Finanzas presenta unas cifras sobre una reducción del gasto de capital y no del gasto corriente. Habló de un gasto corriente por USD 15 941 millones, es decir, 1 408 millones más comparado con el 2016.

El Ministro aclaró que son cifras preliminares.

Si bien es un anticipo del Presupuesto, el cual no contempla las medidas que todavía no se adoptan, ya se está planificando un aumento del gasto corriente.

¿Qué decisiones serán cruciales para concretar los anuncios en acciones?

Hay dos problemas de fondo en el país. Uno es la situación fiscal, pues una economía que no crece no puede mantener los actuales déficits fiscales. Tampoco es sostenible aumentar la deuda pública en USD 6 000 millones o 7 000 millones cada año. El segundo tema es crear las condiciones para que el sector productivo gane competitividad, que la ha perdido por los mayores costos respecto a países vecinos.

¿Cómo corregir el problema fiscal?

Es importante que el Gobierno haga una reducción del gasto corriente, sobre todo en el exceso de burocracia. Hasta ahora el ajuste lo ha hecho el sector privado y es momento de que el sector público sea corresponsable. Por el lado de los ingresos, el Gobierno plantea un Consejo Productivo donde representantes de los sectores público y privado recomienden lo que hay que hacer en materia tributaria. Eso puede significar eliminar ciertos impuestos, pero debieran ser compensados con otras medidas. Además, el Ministro de Finanzas dijo que se deben cubrir los ingresos que dejaron de entrar por la eliminación de salvaguardias y los dos puntos del IVA. Es posible que haya un aumento de impuestos, pero será difícil de aceptar si no existe una contrapartida por el lado de una reducción del gasto corriente.

¿Y cómo aumentar la productividad?

Se esperan propuestas de las empresas, que pueden ir por pedir una simplificación en los trámites, los cuales se triplicaron en el gobierno anterior, aumentando la burocracia y costos para las empresas.

¿En qué otros frentes se necesitan señales para generar confianza?

Hay una preocupación de la banca sobre el uso de la reserva monetaria para financiar al Gobierno. Eso lo aplicaron las anteriores autoridades económicas, que se mantienen en el actual Gobierno. Sin embargo, el Presidente se comprometió a restaurar la liquidez de la reserva monetaria, así como pasar el manejo del dinero electrónico a la banca privada.

¿Cuál es el escenario que se ve en el comercio exterior, una vez que se eliminaron las salvaguardias?

Las autoridades consideran que es necesario restringir las importaciones. Hay que ver qué medidas aplican y los efectos en el sector productivo y en los consumidores. Del Consejo Productivo saldrán las medidas que generen menos resistencia.

De todas las señales de confianza, ¿cuál cree que es la más importante?

El ajuste del gasto corriente es el más urgente. No hacerlo significará que en el futuro habrá un mayor endeudamiento o un aumento de los impuestos, que al final lo pagarán el sector productivo y los consumidores. Si el ajuste se hace pronto habrá un afecto en la actividad económica, pero sentará las bases para el crecimiento de una economía ajustada a su realidad. Si ese escenario se aclara, las empresas pueden invertir hoy, porque las decisiones de inversión se hacen pensando en el futuro.

¿Hasta dónde pueden cumplirse los pedidos de cambio conociendo que es un Gobierno continuista?

No está claro el compromiso del Presidente con el cambio de la política económica. Por un lado está el plan del anterior Gobierno, defendido por funcionarios actuales. Y por otro lado está el compromiso del Presidente para tomar medidas amigables con el sector privado. Si el Presidente está comprometido con el cambio debiera alinear a sus colaboradores o cambiar a su equipo.

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