Entrevista a Santiago Mosquera. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.
Entrevista a Santiago Mosquera, catedrático del USFQ Business School. Mosquera cuenta con un Doctorado en Economía por la Fordham University de Nueva York, con la especialización en Política Monetaria y Economía Internacional. Desde el 2010 y el 2014 fue director de riesgo soberano para la calificadora de riesgo Fitch Rating en Nueva York, a cargo de países en América Latina.
¿Cómo evolucionará este año la economía?
El 2017 va a ser un año lleno de incertidumbre por el escenario electoral. Si bien la economía se está contrayendo en menor medida, es un año en que la actividad económica está atada a las perspectivas de un escenario electoral. Se percibe que los hogares y las empresas no están tomando decisiones de inversión ni de compra. Es un momento en que ni hogares ni empresas tienen certeza sobre cuál será el escenario político a partir de la segunda mitad del año.
¿Se puede alcanzar el crecimiento del 1,4% esperado por el Banco Central?
Mi proyección es que vamos a tener otro período con una contracción cercana al 1% para todo el año. Todo esto atado al desenlace electoral.
¿Por qué?
Los hogares y las empresas no tienen un escenario claro hacia el futuro y están, de cierta forma, postergando decisiones de consumo. El consumo de bienes no duraderos (por ejemplo, alimentos) va creciendo en los niveles tradicionales, pero en el caso de los bienes duraderos (compra de autos, de inmuebles…) está en ‘stand by’ hasta que tengamos un escenario más claro. Las empresas, al no saber cómo va a evolucionar la demanda de sus productos, prefieren no invertir.
¿Para cuándo se puede esperar que la actividad económica se reactive?
Lo más seguro es que cuando estén los resultados de las elecciones. Es un ambiente bastante incierto. Todos esperan ver cuál será el escenario que va a imperar, no solo en la segunda mitad del año, sino en los siguientes cuatro años.
El SRI proyecta una recuperación de impuestos debido a que el último trimestre del 2016 las recaudaciones se recuperaron 4%. ¿Ese crecimiento no refleja que la economía ya se está dinamizando?
El consumo fue muy débil a inicios del 2016 y en la última parte del año se contrajo a menor tasa, pero este año hay un componente importante: en junio terminan los aportes especiales por el terremoto y ya no se contará con esos recursos, que no necesariamente van a continuar en el tiempo.
Otro factor que empujará la economía este año, según el Banco Central, será desempeño de las exportaciones, que crecerán un 11,9% ¿Es posible alcanzar esa proyección?
No sé cuál puede ser el sustento para sostener que las exportaciones van a crecer este año a ese ritmo, cuando enfrentamos un escenario bastante difícil. Esto no tanto por el crecimiento mundial, que se está regularizando, sino por un tema de competitividad, ya que las exportaciones ecuatorianas enfrentan una fuerte apreciación del dólar y eso ha hecho que sean más costosas y menos atractivas.
Puede haber cierta mejora en las exportaciones petroleras porque si bien tenemos un techo que nos impone el acuerdo con la OPEP, históricamente este grupo no ha cumplido sus cuotas. Ecuador va a producir más petróleo gracias a la aceleración en la tasa de extracción de crudo del campo ITT. Con eso, mi pronóstico es una mejora de las exportaciones totales, en términos reales, del 0,8% este año.
¿El efecto del acuerdo comercial con la Unión Europea se reflejará este año en las exportaciones?
En este año no se verán grandes cambios. Ciertos beneficios que tenía Ecuador para el ingreso de sus productos no se van a perder como se hubiese perdido de no firmarse el acuerdo.
¿Por qué su pronóstico difiere de organismos como el Banco Mundial que hablan de un 0,8% o de la Cepal que proyecta 0,3% de crecimiento?
Por las expectativas. A pesar de que hay mayor disponibilidad de crédito, la demanda de préstamos es débil y no veo razones para que el sector privado aumente su nivel de gasto o de inversión en la primera mitad del año. La segunda dependerá de los resultados electorales. Si bien reconozco que hay cierta estabilización en algunos sectores, no veo grandes posibilidades de crecimiento.
¿Cómo lograr que cambien las expectativas?
No está en nuestras manos. Cada uno de los candidatos debería presentar un programa coherente que guíe las expectativas y que lleve a un proceso de estabilización de la economía. Pero, además, que el votante escoja la mejor opción y luego que el ganador implemente un plan económico que lleve al Ecuador a una nueva senda de crecimiento. Hay que tener en cuenta que la nueva administración tampoco podrá cambiar las cosas inmediatamente. Cambian las expectativas, pero tenemos un proceso de ajuste por delante, que es casi inevitable.
Si este año seguirá la recesión, ¿cuándo prevé que haya crecimiento?
Mi expectativa es que en el 2018 vamos a tener crecimiento del 1 o 1,5%. Pero si los inversionistas ven expectativas suficientemente favorables el país puede crecer al 3 o 3,5%. Lo interesante es que el inversionista no necesita subsidios, sino que las condiciones sean atractivas, estabilidad… que le dejen trabajar.