Entrevista al exvicepresidente de la República Alberto Dahik. Foto: Mario Faustos / El Comercio.
Alberto Dahik, exvicepresidente de la República considera que el modelo del Gobierno es totalmente incompatible con la dolarización.
Luego del debate con el presidente Rafael Correa y otros panelistas, el miércoles, queda la sensación de que propuestas para salir de la crisis no se dieron. ¿Cuánto de esto es verdad?
Yo mencioné algunas cosas en el debate. Lo primero en una emergencia de aviación, es controlar la nave. Luego, hacer la lista y los procedimientos de la emergencia. Controlar la nave es contener la caída del medio circulante y del crédito, porque esto lleva a una recesión. Eso se logra con un acuerdo con el Fondo Monetario (Internacional). Recuperada la confianza, abiertas las puertas del mercado de capitales y obteniendo fondos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, se puede amortiguar la recesión.
¿Qué se debiera hacer?
Reducir los proyectos que no deben seguir; focalizar los subsidios, lograr titularizar cartera del Biess y colocarla en el mercado internacional, para que se pueda continuar con la construcción de vivienda. (Se debe) titularizar todo lo que se pueda de la banca privada, de los organismos seccionales para que esto sea un motor de todo el resurgimiento de la economía.
Abrirse verdaderamente a la inversión extranjera, eliminando el 5% a la salida que es realmente un impuesto a la entrada de capitales. Vender y privatizar aquello que pueda ser vendido y privatizado. El exceso de inversión pública ha puesto al país en esta grave crisis.
¿Es posible un cambio del modelo económico con el actual Gobierno? ¿O se necesita que llegue un nuevo Gobierno para ese cambio?
Sí se lo puede hacer. Son pasos y medidas posibles e indispensables. Si no se los toma, las consecuencias serán muy dolorosas.
¿Usted cree que la dolarización es beneficiosa? Si es así, por qué propone ‘flexibilizar’ la dolarización a través de lo que usted denomina ‘timbre cambiario’?
La dolarización no es buena ni mala en sí misma. Hay que entenderla. El problema más grave que ella ha tenido es que el modelo aplicado en los últimos años es totalmente incompatible con la dolarización. He propuesto un mecanismo temporal de apoyo al sector exportador porque los precios de las importaciones relativos a los de las exportaciones han sufrido un grave desajuste por las políticas arancelarias. Mientras un importador necesita 130, 140 o 150 centavos -o más- para importar un dólar, el exportador recibe solo 100 centavos por su dólar de exportación.
¿De qué tamaño es la recesión que usted pronostica para los siguientes meses?
La recesión proyectada es de 0,6% de decrecimiento del PIB (Precio Interno Bruto).
Muchos sectores del país opinan que usted tiene una aspiración política. ¿Está pensando en algún tipo de participación electoral en el 2017?
Mire lo que están diciendo los políticos en el país, tanto los que están en el poder o los que no y mire cuán diferente son a mi discurso.
¿Cómo es su relación con el presidente Correa? Algunos lo ven como un aliado del Gobierno porque fue el mismo Presidente quien pidió su indulto.
El Presidente pidió la amnistía, y no se dio. Yo vine al Ecuador, me presenté. Se levantaron las medidas cautelares, y continuó un proceso en la Corte. La Corte Suprema, por segunda vez, anuló mi caso que había sido anulado diez años antes. Es insólito: dos veces se anuló. Luego apeló el fiscal del Gobierno.
Finalmente año y medio después de esa apelación, la Corte resolvió desechar la apelación del fiscal. Se ejecutorió el fallo de anulación. Es decir, el proceso fue anulado en el sistema Judicial, no en el Ejecutivo, ni en el Legislativo. El Presidente pidió la amnistía, cosa que agradecí en su momento y la vuelvo agradecer. Pero también el Presidente dijo, cuando pidió mi amnistía, que respetándome como persona, pensaba en una forma totalmente diferente a como yo pienso. Y eso fue evidente en el conversatorio.
¿En algún momento ambos pueden coincidir para enfrentar el escenario económico que viene?
En estos momentos hay un grave problema. Estoy seguro que el Presidente debe estar buscando el bien del Ecuador. Yo también lo estoy buscando y por eso estoy sugiriendo alternativas. Politizar la economía por intereses políticos es nefasto para la sociedad, y eso no lo he hecho.
¿No le interesaría posicionar sus recomendaciones desde una función pública, porque cómo garantizar que se apliquen las medidas si no se tiene el poder para tomar decisiones?
Para dar soluciones a un país no se necesita estar en el Gobierno. Estoy dando las soluciones que creo que en este momento más le conviene al país. Muchas de ellas impopulares, pero que son necesarias. Mi posición es contribuir a que mi país no caiga en una grave crisis económica que es sumamente dura para las clases más populares, sumamente dura para las clases medias. Las recesiones no afectan a los ricos, sino a los más pobres.
¿Por qué hizo ese gesto de inconformidad ?
Me invitaron a un debate para dar mis opiniones y soluciones a la grave crisis económica. No estábamos en igualdad de condiciones. Tuve seguramente un gesto. No lo recuerdo. Seguramente porque el moderador no se veía imparcial.