Si se le pide la mano, lo único que devuelve es una mirada de indiferencia. Si se le pide que dé una vuelta, del aburrimiento terminará dándola uno mismo.
Tenga en cuenta
Fernando Espinel proviene de la parroquia de Mulalillo, cantón Salcedo, provincia de Cotopaxi. Afirma que las raíces son importantes para tener identidad.
El entrenamiento es netamente deportivo. Bandido no tiene nada que ver con ataque o defensa a personas, buscar minas o incursiones, no desactiva minas.
Bandido es un perro entero, no ha sido castrado y está en condiciones de hacer montas.
Busca novia. Como es todo un campeón, pronto la encontrará.Es negro como una mala conciencia, es joven, tiene 4 años. Posee dientes largos, orejas puntiaguadas. Tiene lagañas. Su nombre es pomposo: Bandido von der Skorzeny. Es un pastor alemán, aunque no lo parece.
Sus ancestros provienen de Alemania oriental. Ahí se quedaron cuando se construyó el muro. Con la caída de este, los pastores alemanes negros de trabajo salieron a recorrer el mundo.
Bandido es un perro viajero. Fue traído desde Argentina, aunque su madre Aika Black Paw es de Estados Unidos.
Tiene un buen amigo. Se llama Fernando Espinel, es sargento de Infantería del Ejército Ecuatoriano.
Juntos han trabajado durante un año. Han entrenado las técnicas que debe dominar un perro de guardia y defensa grado 1. Recientemente viajaron a Perú, en donde ganaron el primer lugar en el Campeonato de adiestramiento del Coapa (Copa América de Pastores Alemanes) SchH 1.
Es como ganar la Copa América de Fútbol, ahora solo les falta el Campeonato Mundial.
Para ello viajarán el próximo año a Argentina, en donde defenderán su título y si ganan, Bandido ascenderá de categoría al grado 3. Con esto podrá participar en el mundial de España.
Al contrario de lo que se piensa, a Bandido no se le dan órdenes en alemán. Aunque cuando se escucha al entrenador dar los mandos la confusión sí cabe. Entonces el entrenador dice: “Sitz”, y el perro se sienta. (El éxito es que el perro cumpla las órdenes lo más rápido posible).
Luego le dice “Fuss” para que camine junto a él. Bandido parece no despegar la mirada de su amo y da la sensación que lo va a hacer tropezar, pero eso no sucede.
Luego de una ligera explicación sobre el concurso en Perú, Espinel profiere un sonoro “Revier”, a lo que el perro casi instantáneamente sale en precipitada carrera hacia un arbusto que rodea, para luego regresar hacia el otro costado en busca del figurante, que para efectos demostrativos era un joven conscripto del Ejército. Bandido se abalanza contra el guante del figurante, quien principalmente debe tener precaución de cuidar de sus partes pudendas. Es un momento tenso para todos. Hasta que nuevamente la voz del sargento indica a Bandido que se detenga. Y se detiene.
Espinel cuenta que esa es una de las bondades del pastor alemán, que es capaz de atacar y ser controlado. Como demostración el sargento manda nuevamente al perro contra el figurante. Este sostiene fuertemente la manga, mientras tanto, la voz de mando indica al perro cesar el ataque y ladrar. Así sucede. Bandido, sentado frente al joven conscripto, ladra sin parar, hasta que se le diga que pare.
Bandido sabe discriminar cuál orden es verdadera. El instructor puede decir la palabra para que ataque sin que pase nada. Al oír esta palabra mueve las orejas como esperando el resto de la orden, pero si no se le dice a quién debe atacar, no pasa nada.
Bandido se entrena todos los días. Para las pruebas de rastro se utilizan una o dos libras diarias de carne, aunque en la competición deberá buscar varios objetos situados a más de 300 metros de distancia, con una antelación de 20 minutos.
En el Campeonato Americano ganó las tres pruebas, pero no obtuvo un puntaje perfecto. En la prueba de rastro hizo mal un ángulo. Además, tiene que mejorar la obediencia, porque Bandido es muy cariñoso con su amo y tiene que obedecerle más.