Enfermera de EE.UU. en cuarentena por ébola sale a andar en bicicleta

Una enfermera estadounidense que regresó recientemente de Sierra Leona, donde trató a pacientes con ébola, y que protesta contra su puesta en cuarentena en Maine (noreste) salió el jueves (30 de octubre del 2014) en bicicleta de su casa.

Seguida por dos patrullas de policía, Kaci Hickox salió junto a su compañero, ambos con cascos, a andar en bicicleta sin emitir ningún tipo de declaración a los numerosos periodistas presentes en las inmediaciones de su casa.

El estado de Maine quiere que Kaci Hickox permanezca confinada en su casa los 12 días que le restan para que termine el período de incubación de la enfermedad, de 21 en total.

“No me permitirán salir de mi casa ni interactuar con la gente, a pesar de que estoy completamente sana y sin síntomas”, había dicho el miércoles Hickox mientras su novio esperaba de pie junto a su casa en la localidad de Fort Kent.

Las medidas adoptadas por algunos estados de Estados Unidos, como Nueva Jersey y Nueva York, de poner en cuarentena a quienes regresan de tratar a pacientes con infección por ébola en África occidental desataron la polémica.

En declaraciones a periodistas, Hickox dijo el miércoles que si el Estado acude a los tribunales para obligarla a quedar aislada hasta el 10 de noviembre presentará un recurso de impugnación, informó NBC News.

“No estoy dispuesta a quedarme aquí y dejar que mis derechos civiles sean violados cuando no hay una base científica” para ello, advirtió la enfermera.

El presidente Barack Obama calificó el miércoles de “heroica” la labor de los trabajadores sanitarios de Estados Unidos que luchan contra el ébola, tratando de tranquilizar a la población en medio de la controversia sobre las medidas de cuarentena, impuestas también por el Pentágono.

Al hablar en la Casa Blanca después de reunirse con trabajadores de la salud que regresaban, Obama dijo que quienes acuden voluntariamente a la primera línea de combate del ébola deben ser aplaudidos por su servicio.

Hickox fue puesta en una carpa de aislamiento durante tres días después de que regresó a Estados Unidos.

El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, le permitió salir del estado el lunes y ella se dirigió por carretera a Maine. Pero allí el estado le impuso su propia cuarentena.

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