Trabajo de 7 empresas mineras se suspendió en Paute

Redacción Cuenca

Las  retroexcavadoras ya no están en el lecho del río Paute, en la zona especial de La Josefina, en el nororiente de Azuay. Tras prohibirse la extracción de áridos,  las  mineras solo trabajan con  el material que había en sus propiedades.

Las  autoridades de los ministerios de Minas y Petróleos y de Ambiente ordenaron la suspensión definitiva de las tareas extractivas, en siete de las 12 concesiones asentadas en la cuenca del río Paute. La decisión se oficializó  el fin de semana. 

Este sector fue  declarado como especial por su vulnerabilidad. En 1993 se registró el desastre de La Josefina (macrodeslizamiento), que represó el río Paute.

Las autoridades de los ministerios también  decomisaron  maquinaria pesada de los concesionarios Malima y Somigu, porque laboraban sin título minero.

Esta acción se cumplió después de  una inspección técnica que  corroboró los estudios ambientales y el Plan Maestro Hidráulico del río sobre la indiscriminada y antitécnica extracción de áridos (piedra, grava y arena).

Se chequearon  siete kilómetros de la zona, que va desde la confluencia del río Cuenca con el Santa Bárbara, hasta el sector denominado El Cabo. En ese sitio, ni siquiera el Decreto Ejecutivo 929 (julio de 1999), que prohibió  la explotación,  fue suficiente, porque la  actividad seguía.

De las  12 mineras que laboran en la zona, a una no pudieron entrar los técnicos de los ministerios.  “A esta ingresaremos en los próximos días, con una orden judicial, pero ya está clausurada”, dijo  Juan Molina, director de Minas en Azuay.  

La orden de prohibición se extendió a las concesiones legales que incumplían las normas técnicas (profundidad de extracción, ubicación de maquinaria...).

Entre ellas, dos de la Hacienda Tomebamba (frente al cerro Tamuga) y dos de  Malima (en Monjashuaico y San Juan Pamba).

Las otras dos de la Sociedad Minera de Gualaceo  (Bulcay) y San Pedro de Los Olivos (frente a Malima). “Los procesos pasaron a la Fiscalía Ambiental, para que investigue y sancione si fuera el caso”, señaló René Inga, de Desarrollo Económico y Ambiental del Consejo Provincial Azuay.

La tragedia de 1993 parece que se olvidó, dijo Norma Cuzme, habitante de la zona. El paso de las volquetas por la vía principal (Descanso-Paute) es constante.

El Ministerio de Minas tiene el reporte que de la zona del río  Paute salen 530 000 metros cúbicos de materiales  (piedra, ripio...) al año. Por eso, la preocupación del sector de la construcción.

El presidente de los constructores cuencanos, José Brito, analiza alternativas para evitar un desabastecimiento de este tipo de  materiales. Por ejemplo, abrir nuevas fuentes de explotación en la misma cuenca o aumentar la extracción en la del Jubones, en la zona costanera de la provincia.

 Aunque lo último subiría el costo de los materiales, por la distancia que existe con la capital azuaya (más de una hora). 

Brito insistió en  que hace un año el CG-Paute (entidad que está a cargo de la cuenca del Paute) debía realizar un censo para conocer la oferta y la demanda de materiales, pero  no lo hizo.

Brito  dice  que al ser La Josefina una zona frágil, por su condición geológica, se debería adoptar  medidas urgentes. Los  estudios realizados en los últimos tres años por el CG-Paute hablan del riesgo  de otro desastre.

El último, por ejemplo, menciona el aumento de inestabilidad del cerro Tamuga y de la fluviomorfología del río Paute y sus afluentes. Se estableció que hay una acelerada erosión en el  fondo de las márgenes que produjo un descenso del nivel del lecho del río y que afecta a los taludes construidos tras el desastre de 1993.

Ahora, la disposición es mantener la suspensión indefinida a las mineras  hasta que otro estudio determine que no hay riesgo. No existe un  pronunciamiento de los mineros implicados. Ellos  pueden apelar la suspensión, ante el Ministerio de Minas, pero aún no se han pronunciado al respecto.

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