En el local de cerveza artesanal Santa Rosa el 50% de pagos es con tarjeta. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Los ecuatorianos están usando más su tarjeta de crédito este año, aunque lo hacen con más cautela.
El número de transacciones que se registraron con este medio de pago en el primer semestre del año sumó 47,27 millones, es decir, un 12,39% más de compras con ‘dinero plástico’ comparado con igual período del 2016.
Carlos Pinos, propietario de la cervecería artesanal Santa Rosa, cuenta que hace un año y medio, cuando abrió su negocio, los pagos que recibía con tarjeta de crédito representaban el 30% de los cobros totales. Pero este año, según Pinos, el pago con dinero plástico alcanzan el 50%. “A finales de 2016 ya se veía el cambio”.
Sin embargo, aunque el número de las transacciones creció, el monto promedio por cada compra se redujo un 5,79%.
Si en el primer semestre del año pasado la facturación promedio era de USD 70,4, al primer semestre del 2017 fue de USD 66,4, según datos de la Superintendencia de Bancos.
De ahí que algunos bancos han anunciado la reducción en sus tasas de interés como una estrategia para incentivar a sus tarjetahabientes a comprar más.
El 3 de agosto pasado, el Banco Guayaquil anunció a sus clientes que la tasa de interés anual en consumos diferidos bajaría en 2 puntos hasta el 15 de octubre.
“La motivación es permitir a los tarjetahabientes adquirir hoy bienes y servicios que mejoren sus vidas”, dijo Rodrigo Andrade, vicepresidente de Banca Personal y Pyme de Banco Guayaquil.
Añadió que al ser una oferta, esta podrá ser activada durante diferentes temporadas del año de forma promocional.
Andrade detalla que esta institución ha entregado 57 000 tarjetas este año, esto es, 174% más de colocaciones que en el 2016.
Diners Club también anunció una reducción de 1,5 puntos en su tasa de interés anual para consumos diferidos con la tarjeta Diners Club Internacional, que se aplica desde el 9 de agosto.
Tanto Diners como Banco Guayaquil tenían una tasa efectiva de 17,30% hasta antes del anuncio.
Para Sonia Zurita, docente de la Escuela de Negocios de la Espol (Espae), se trata de una estrategia comercial que no tendría un efecto en un incremento de morosidad, siempre que el banco tenga actualizado el perfil de riesgo del tarjetahabiente.
“Una campaña de menores tasas de interés atrae al cliente para que use su cupo de crédito. La baja tasa de interés puede lograr que el consumidor se decida a comprar ese bien o servicio que ya tenía en mente pero que dudaba en concretar la compra”, comenta.
Zurita añade que en este contexto, los bancos también han incrementado los cupos máximos de crédito para sus clientes, que están entre USD 500 y 1 000. “Los emisores desean promover el uso de las mismas y confían en la capacidad de pago de sus clientes”, señala.
Ximena Aguirre, gerenta de Negocios Financieros de Mutualista Pichincha, explica que aunque el año pasado se observó un uso más conservador de los medios de pago, “este año presenta un incremento interesante”.
En respuesta a ese escenario, la institución amplió los cupos de crédito en su tarjeta MasterCard. “Esperamos un incremento del 25% en el número de clientes este año, para eso se han establecido estrategias de promoción y educación financiera”.
Las cifras de morosidad más bajas también motivan a los bancos a implementar estrategias para fomentar el consumo. Según datos de la Superintendencia de Bancos, en julio del 2016 la morosidad llegaba al 8,79% en los créditos de sonsumo, mientras que para julio de este año bajó al 6,31%.
Miguel Carrillo, gerente nacional de Medios de Pagos del Banco del Pacífico dice que en lo que va del 2017, los niveles de morosidad en esta entidad están en un 30% por debajo del promedio presentado en 2016.
Carrillo añade que Banco del Pacífico, que tiene el 16% de participación en las transacciones, no aplicará la estrategia de bajar tasas, sino que trabaja en planes de diferidos con y sin intereses, en los mayores plazos posibles, con meses de gracia.
Las transacciones con las tarjetas Pacificard del Banco del Pacífico muestran un incremento del 25% con relación al año anterior, llegando casi a los 16 millones de transacciones acumuladas hasta julio.
“Esto, basado en el crecimiento del número de tarjetahabientes y de establecimientos que aceptan tarjetas, así como un incremento en transacciones a través de internet y en nuevas categorías como servicios básicos y salud”, indicó Carrillo.