El emigrante usa otra ruta para ir a Estados Unidos

En la comunidad de Caspicorral, la migración de los jóvenes es constante. Desde el 2017 se han ido más de 10. Foto:  Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

En la comunidad de Caspicorral, la migración de los jóvenes es constante. Desde el 2017 se han ido más de 10. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

En la comunidad de Caspicorral, la migración de los jóvenes es constante. Desde el 2017 se han ido más de 10. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

Los ‘coyotes’ utilizan una nueva ruta para los emigrantes ecuatorianos que buscan desplazarse sin visa a Estados Unidos. Su objetivo es evadir los rígidos controles en los trayectos más explorados.

El azuayo Geovanny Quituisaca, de 32 años, murió ahogado el 25 de marzo del 2018. Sus padres Eduardo y Delfina, su esposa y dos hijos (de 7 y 10 años) lo despidieron el 14 de marzo en su natal parroquia Quingueo, a 45 minutos de Cuenca, en el Austro.

Una de las opciones que le planteó un coyote fue viajar en avión desde Ecuador hasta Cuba y, desde allí, embarcarse en un crucero hacia las Bahamas, para posteriormente llegar a Miami, contó su prima, quien vive en la parroquia Quingeo. Él no aceptó porque costaba más de USD 17 000.

Para William Murillo, de la organización 1800-Migrantes, esa es la nueva ruta usada desde hace menos de un año y es la más costosa porque deben comprar el tour. Las tradicionales, que atraviesan Centroamérica, se pactan hasta por USD 14 000 y una de esas fue la que escogió Quituisaca.

No hay cifras oficiales del uso de esta nueva ruta, pero en diciembre pasado nueve ecuatorianos fueron detenidos al ingresar sin documentación a las Bahamas. Ellos viajaban en una embarcación junto a otros cinco ciudadanos de distintos países. Los deportaron.

A los azuayos Nelson Q., Fausto G. y Rosa P. también les ofrecieron a inicios de este año ir por Cuba y contratar el tour. Ellos temían ser estafados porque no habían escuchado de esa opción, por lo que optaron por viajar primero a Centroamérica y desde allí a México para cruzar caminando la frontera estadounidense.

Lo mismo hizo Quituisaca, quien intentó dos veces llegar a Estados Unidos. En marzo viajó desde Cuenca hasta Colombia por tierra. Desde allí por vía marítima hasta Guatemala. Esa ruta estaba casi en desuso por el alto riesgo de naufragios, contó Murillo.

La primera vez, Quituisaca solo llegó hasta Colombia porque perdió contacto con el coyote. Eso ocurrió en febrero. Su madre estaba feliz porque pensó que ya no lo intentaría más, pero su salario como albañil (USD 150 a la semana) no le alcanzaba para pagar el préstamo de su casa y mantener a su familia.

A los pocos días emprendió otro viaje con Andrés, de 22 años, un vecino de Quingeo. Pero llegó solo hasta Panamá. Cerca de las 04:00 del 25 de marzo, la lancha en la que viajaban cinco ecuatorianos y nueve extranjeros se viró.

Andrés -quien sobrevivió al naufragio- informó vía telefónica lo ocurrido. El último martes 26 de mayo, la Cancillería entregó las cenizas de Quituisaca a sus familiares.

Entre el 2017 y este año, la Cancillería repatrió 44 cadáveres de ecuatorianos fallecidos en distintos países, pero principalmente de quienes emigraron a Estados Unidos.

Pese a la tragedia, Andrés sigue en la travesía. Ahora su familia reza para que cruce el desierto de Arizona y llegue hasta Nueva York. “No quise que mi hijo corriera ese riesgo, pero no tenemos otra manera de que nuestras familias sobrevivan en esta zona”, contó la madre de Andrés.

En la comunidad azuaya de Caspicorral funciona la Escuela Amadeo Maldonado. Tiene 315 alumnos, de los cuales más del 30% tiene a sus padres en Estados Unidos. Allí, el jueves celebraron el Día de la Familia. La mayoría de los asistentes fueron abuelos o tíos, quienes hacen las veces de representantes de los estudiantes.

Ellos, reunidos a la sombra de las aulas, hablaban de las penurias económicas que obligan a los jóvenes a marcharse. Angelita Tenemasa comentó -con resignación- que “si llegan a Estados Unidos aseguran la supervivencia de nuestras familias y si fallan... es el destino”. Tres de sus seis hijos viven allá desde hace tres años. Con todos sufrió porque demoraron entre tres y seis meses para llegar.

Para el rector de la Escuela de Caspicorral, Gonzalo Cruz, pese a los accidentes, deportaciones o muertes, cuando están decididos no hay familiar que impida el viaje.

No existen cifras oficiales de migración ilegal, pero Murillo dijo que no se detiene porque cada vez conocen de nuevas desapariciones y fallecidos. Su organización 1800-Migrantes registra 119 desaparecidos del Austro en 15 años, de los cuales 12 partieron desde el 2017.

En contexto

En un informe del Gobierno de Estados Unidos se de­terminó que 7 743 ecua­torianos, que ingresaron a ese país en el 2016 (de forma legal por vía aérea o marítima), excedieron la estadía permitida. En el 2015 fueron 5 872. No hay cifras de migración ilegal.

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