El encendido de este pesebre se ha convertido en una tradición quiteña que se lleva a cabo el día en que inicia la novena, es decir el 16 de diciembre de 2017. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Durante el día y la noche, un grupo de 15 obreros de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) trabaja en el montaje de las estructuras y la colocación del sistema de luces que conforman el pesebre más grande de Latinoamérica, que se ubica cada año en El Panecillo, centro de Quito.
El encendido de este pesebre se ha convertido en una tradición quiteña que se lleva a cabo el día en que inicia la novena, es decir el 16 de diciembre de 2017.
Junto a la escultura de la Virgen de Legarda, que representa a María, se colocan nueve estructuras de entre 25 y 35 metros de alto, con la forma de los tres reyes magos, José, el Niño Jesús en su cuna, los animales (burro, buey y vaca) y la estrella de Belén.
Para dar vida a estas figuras a través de la luz se requirieron de 19 200 bombillos y 660 metros de mangueras led.
El encendido de este pesebre se realiza desde el 2001 y para este año se tiene previsto que el evento, que será presidido por el alcalde Mauricio Rodas, se inicie a las 18:00 en el parque Itchimbía, desde donde se puede apreciar las figuras.
Coros de niños, jóvenes y adultos mayores engalanarán el acto y además se podrá observar un despliegue de fuegos pirotécnicos.
Así también se iluminarán 12 puntos del sur, centro y norte de la ciudad durante estas festividades.
Campanas, renos, bastones, árboles, velas, bombillos y gorros navideños son algunos de los elementos que adornarán los parques, bulevares, avenidas y barrios quiteños.