Irak se hace con el control total de la disputada provincia de Kirkuk

Las operaciones militares siguen a lo largo de la frontera entre la región del Kurdistán y la de Kirkuk. Foto: AFP

Las operaciones militares siguen a lo largo de la frontera entre la región del Kurdistán y la de Kirkuk. Foto: AFP

Las operaciones militares siguen a lo largo de la frontera entre la región del Kurdistán y la de Kirkuk. Foto: AFP

El Ejército iraquí ha arrebatado hoy, 20 de octubre de 2017, a las fuerzas de seguridad de la región autónoma del Kurdistán "peshmergas" la ciudad de Altun Kubri, la última gran población que controlaban los kurdos en la disputada provincia de Kirkuk.

La Comandancia de Operaciones Conjuntas iraquí aseguró en un comunicado que la Policía Federal, las unidades antiterroristas y las milicias progubernamentales chiíes Multitud Popular se desplegaron en el municipio, fronterizo con la región autónoma del Kurdistán.

El portavoz y secretario general del Ministerio de las fuerzas Pesmergas, Yabar Yaur, confirmó horas después la retirada total de sus fuerzas de seguridad "peshmergas" de todo el territorio de Kirkuk, que estuvo controlado en parte, incluida la capital homónima, por las fuerzas kurdas, desde 2014.

Sin embargo, indicó que continúa habiendo operaciones militares a lo largo de la frontera entre la región del Kurdistán y la de Kirkuk.

"No sabemos hasta dónde quieren llegar las fuerzas iraquíes después de Kirkuk", se preguntó el portavoz.

En un comunicado, el Ejército iraquí acusó a los "peshmergas" de haber empleado armamento pesado de fabricación alemana reservado a la lucha antiterrorista contra el grupo Estado Islámico contra las fuerzas iraquíes y de haber causado un número indeterminado de bajas entre sus filas.

La nueva ofensiva iraquí se produce dos días después de que el primer ministro Haidar al Abadi, anunciara el fin de la campaña militar lanzada el día 16 para recuperar la provincia de Kirkuk, incluida su capital homónima.

Dicha campaña de seguridad, que también fue lanzada contra zonas controladas por los kurdos en las provincias de Diyala y Nínive, se enmarca en las medidas tomadas por el Gobierno de Bagdad como represalia a la celebración el pasado 25 de septiembre de un referéndum de independencia en el Kurdistán.
Kirkuk, rica en petróleo, es el principal centro de las tensiones con el Kurdistán.

El gobernador de Erbil, la capital de la región autónoma kurda, Nauzad Hadi, lanzó hoy un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos tras el estallido de los combates entre las fuerzas centrales y provinciales, asegurando que la provincia no corre peligro.

En una rueda de prensa celebrada hoy, Hadi aseguró que la defensa de las fronteras de la provincia es un honor para las fuerzas peshmergas y enfatizó que los enfrentamientos en la localidad de Altun Kubri se registraron dentro de la provincia de Kirkuk.

Además, aseveró que Erbil no corre peligro ya que es sede de misiones diplomáticas internacionales, y de organizaciones de derechos humanos, así como de campamentos de desplazados.
Hadi hizo una llamada al diálogo y a las negociaciones y destacó que son la mejor manera de solucionar los problemas entre Bagdad y Erbil.

Ayer, 19 de octubre, Hadi anunció que más de 18 000 familias kurdas abandonaron la provincia de Kirkuk hacia el Kurdistán en los cuatro días anteriores, desde el comienzo de la campaña militar lanzada por las fuerzas gubernamentales para recuperar el control de la urbe del mismo nombre.

Decenas de estos desplazados se manifestaron hoy ante el consulado de Estados Unidos en Erbil para protestar contra la campaña militar lanzada por Bagdad.

Los participantes levantaron las banderas del Kurdistán y criticaron el silencio estadounidense respecto a lo ocurrido en Kirkuk y acusaron a las fuerzas iraquíes de emplear armamento estadounidense.

Por su parte, la máxima autoridad religiosa chií de Irak, liderada por Alí al Sistani, pidió hoy al Gobierno iraquí que proteja a los kurdos de la provincia disputada de Kirkuk (noreste), donde el Ejército expulsó a principios de semana a las fuerzas de la región autónoma del Kurdistán que controlaban la región.

El representante de Al Sistani, Abdelmahdi al Karbalai, dijo en el sermón del viernes en Kerbala que no considera que se haya producido una victoria por una parte y una derrota por la otra, sino que se trató de un triunfo de todos los iraquíes y de los intereses de Irak.

El clérigo hizo hincapié en la importancia de abrir una nueva etapa en la que todas las partes trabajen en la construcción del país.

Además, llamó al Gobierno central a esforzarse más para tranquilizar a la comunidad kurda de Kirkuk, donde viven también árabes y turcomanos, y a protegerlos igual que al resto de los iraquíes.

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