El jueves 5 de enero de 1792, el médico, intelectual y patriota Eugenio Espejo marcó un hito histórico al imprimir el primer número del semanario Primicias de la Cultura de Quito. Como homenaje a esa fecha, el país celebra cada 5 de enero el Día del Periodista en honor a quien fue ejemplo de lucha inteligente y valerosa por los derechos de los ciudadanos.
A Espejo se le reconoce, entre otros méritos, una profunda capacidad de entender los hechos y proyectarlos al futuro. Por medio del debate y la reflexión social que generó entre quienes anhelaban la libertad, es el precursor de quienes entienden el periodismo como un esfuerzo consciente y riguroso de acercamiento a la verdad, pero también de coraje para sostener convicciones y certezas.
Desde entonces, el 5 de enero es una fecha significativa no solo para los periodistas sino para todos quienes valoran la importancia de vivir en una sociedad democrática donde los ciudadanos ejerzan a plenitud su derecho a expresar sus acuerdos o desacuerdos con quienes conducen el Estado.
En ese sentido, el mejor homenaje que podemos rendir al pionero del periodismo libertario en el Ecuador es mantener el espíritu altivo y ser coherentes y consecuentes con el deseo de libertad. El 5 de enero es, por tanto, una fecha para rendir culto a los ciudadanos no sometidos a ningún poder.
Rememorar la gesta de Espejo es pertinente justamente ahora que el país debate una Ley de Comunicación que, en la línea histórica que representa el prócer libertario al que todos admiramos, debe sintetizar los más importantes valores de la convivencia democrática como son la tolerancia, el derecho a la crítica, el respeto a quien discrepa y el libre flujo de las ideas y opiniones.