Olga Imbaquingo, corresponsal en Nueva York, y Roxana Cazco, corresponsal en Madrid
Estados Unidos, con un promedio de 28 000 trasplantes de órganos anuales y un millón de cirugías para implantar tejidos, es uno de los países líderes en el mundo. Pese a que está entre los países con mayor registro de donación de órganos, hasta el pasado 4 de enero tenía 105 376 pacientes en lista de espera por un riñón, corazón, hígado o pulmón, según las cifras oficiales del Departamento de Salud.
La medicina avanza
En Estados Unidos hay un nuevo método en investigación llamado xenotrasplantes. Consiste en ver si es posible utilizar órganos de animales, como hígado, páncreas y otros, que en el futuro pueden ser trasplantados en seres humanos.
En EE.UU. el costo del trasplante de riñón oscila entre USD 50 000 y 100 000, el de corazón es uno de los más caros, puede llegar a USD un millón.
En España, los emigrantes donan tanto como los nacionales. El éxito se debe a la comunidad latinoamericana. “Los latinos donan al mismo nivel que los españoles”, reconoce el director de la ONT, Rafael Matesanz.
En España se realizó el octavo trasplante de cara en el mundo y primero de lengua y mandíbula.
Las cirugías más delicadas son las de intestino y páncreas.
La lista aumenta en un promedio de 300 cada mes y unos 19 pacientes mueren al día a la espera de un órgano. Lo dicen las estadísticas de Clínica Mayo. Un millón más de estadounidenses sufre de ceguera y otras condiciones médicas que pueden ser resueltas gracias a la donación de córneas y otros tejidos.
Por cada donante se utiliza un promedio de tres órganos, de presentarse el caso.
El proceso para ser donante no es complicado: en 46 estados basta indicar el día en que va a obtener o renovar la licencia de conducir que quiere ser donante y así constará en ese documento. En los cinco estados restantes queda a criterio de la familia del potencial donante, en caso de que este muera repentinamente.
Los donantes y receptores de órganos toman en consideración su fe para optar por esta medida, empero la mayoría de credos religiosos apoya la donación de órganos como uno de los actos de mayor generosidad humana.
Desde las instituciones del estado también se promueve la donación de órganos, hasta se permite registrarse como donante a través de Internet. En los centros especializados, sea en Miami, Houston, Nueva York o San Francisco, se hacen varios tipos de trasplantes con órganos de personas que murieron repentinamente y también de donantes vivos. De hecho, el primer trasplante de riñón de donante vivo se hizo en 1954, cuando un hermano gemelo le donó su órgano al otro. Desde entonces, el número de donantes vivos de este órgano aumentó hasta alcanzar los
6 000 en 2009, según United Network for Organ Sharing. En Estados Unidos, unas 79 000 personas están a la espera de un trasplante de riñón.
“Este año el aumento ha sido geométrico, en 2008 se realizaron 21 trasplantes con donantes vivos, el año pasado fueron 62 y va en alza”, según palabras del fundador del Registro Nacional de Riñones, Garet Hil.
Uno de los trasplantes que menos se hace es el de intestino, mientras el de córnea, con 45 000 cirugías al año, es uno de los más comunes, al igual que el de piel, válvulas de corazón, oído medio, tendones y ligamentos, venas y cartílagos, que se guardan en bancos de tejidos de los hospitales.
No hay limitantes para ser donante, excepto en casos de ser paciente con VIH/sida, tener diagnóstico de cáncer y sufrir infecciones generales. La edad no es un problema, se puede ser donante siendo un recién nacido o un adulto mayor, pues al final son los especialistas los únicos que determinarán si esos órganos son óptimos y compatibles.
Para los menores de 18 años se requiere que los padres den autorización. Así es como Estados Unidos ha logrado levantar un registro de 79,7 millones de potenciales donantes.
En los últimos años también se experimentan grandes innovaciones en el procedimiento de las cirugías de trasplantes. “Antes se hacían grandes incisiones para obtener el riñón de un donante vivo, pero en 1999 comenzamos a hacer con laparoscopia. El donador permanece dos días en el hospital y en tres semanas ya puede volver a su trabajo”, indica el especialista de Clínica Mayo, Mark Stegall.
En Europa, España también es líder mundial en donación de órganos y trasplantes. 1 605 donaciones para efectuar 4 028 trasplantes es la cifra récord que este país europeo registró en 2009. La tasa es de 34,3 donantes por millón de personas, la más alta del globo. Los datos sorprenden tomando en cuenta la significativa disminución de accidentes en las carreteras españolas, tradicional fuente de las donaciones. En 1992, el 43% de las donaciones provenían de accidentes de tráfico, hoy son solo el 8,7%. La tendencia responde, explica la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), al sensible aumento de donantes mayores de 60 años (44,6%).
¿Pero qué hace que este país ‘pequeño’, comparado con las potencias europeas, se ubique a la cabeza mundial de estas intervenciones desde 1992? “Un eficiente modelo de organización del sistema de donación”, responde Rafael Matesanz, director de la ONT, a EL COMERCIO.
“Tenemos un sistema de coordinadores y médicos en los hospitales muy bien entrenados, que saben contactar con las familias y explicarles por qué es necesario donar”, asegura.
En España todos los trasplantes son gratuitos y se realizan en hospitales públicos, a excepción de alguna clínica donde se derivan pacientes. La ONT es la coordinadora estatal de donaciones y trasplantes. Es la que supervisa en los hospitales de las comunidades autónomas las listas de espera de acuerdo con la demanda y con el principio de igualdad, según el cual todos los solicitantes tienen las mismas posibilidades de recibir un trasplante.
Si hay una ‘urgencia cero’, es decir un trasplante catalogado de prioridad nacional porque la vida del enfermo corre peligro, el hospital en el cual se produce la donación debe entregar el órgano extraído, de lo contrario procederá a realizar el trasplante a un paciente de su lista de espera, si la tuviese. Las listas de espera suman actualmente 5 400 personas a escala nacional, sobre todo por riñón (4 301), hígado (722) y páncreas (127).
Para ejecutar la donación de una persona fallecida, la Ley española exige el “consentimiento familiar”, plasmado con la firma de un representante en un documento hospitalario. Para ello, deberá confirmarse el “cese irreversible de las funciones cardiorrespiratorias o de las funciones encefálicas”. Mientras que el donante vivo debe expresar esa voluntad ante un juez.
Otra alternativa es manifestar ese deseo en el testamento vital, una figura jurídica que permite a una persona anticipar su voluntad sobre el tratamiento de su salud cuando no sea capaz de expresarla personalmente.
El ‘turismo de trasplantes’ está legalmente prohibido en España. Las intervenciones se realizan exclusivamente a nativos o a extranjeros residentes. “Nos llegan peticiones de todo el mundo pero les explicamos que no lo podemos hacer, de lo contario no habría órganos para la gente que está aquí”, indica Matesanz.