Olga Imbaquingo Revelo,
Corresponsal en Nueva York
Sin viajes a la Luna, sin escuelas, sin policías ni librerías ni bomberos. Esa es la nueva realidad de EE.UU., enfrentado a un déficit presupuestario sin precedentes: 1,6 trillones es el faltante que tiene la economía para igualarse a sus gastos.
Cuando el presidente estadounidense Barack Obama afrontó esta realidad la semana pasada decidió que para ir a la Luna no había dinero. Si en caso un nuevo viaje al satélite llegara a ocurrir esto no será en menos de 30 años.
Lo de hoy es sanear, en algo, las cuentas fiscales casa adentro y estas ya empezaron con recortes de presupuesto a los servicios básicos, sea en California, Nueva York o Florida. El país tendrá un presupuesto de USD 3,8 trillones para este año, pero no será suficiente para poder sostener el nivel de gasto en los 51 estados.
“Acusemos a la cultura política que se merece un premio por su hipocresía e irresponsabilidad en vez de hacer serios esfuerzos por resolver los problemas del país, juzguen a los 41 senadores obstruccionistas (republicanos) que están haciendo al país ingobernable”, escribió el Nobel de Economía Paul Krugman.
El panorama se ensombrece aún más cuando 10 estadounidenses de cada 100 trabajadores están desempleados, lo cual constituye una bomba de tiempo para el Presidente y sus senadores y congresistas en un año de elecciones intermedias.
“No podemos seguir gastando como si el déficit no trajera consecuencias, como si el desperdicio no importara o como si el dinero de los estadounidenses fuera un juego de monopolio. No podemos ignorar que tenemos un desafío frente a la próxima generación”, dijo Obama al defender el presupuesto para 2010.
Los tiempos de vacas flacas llegan hasta los intocables agricultores, que también verán mermados sus subsidios. “Cortar los beneficios para los agricultores pone en peligro a una industria que continúa siendo el motor de la recuperación económica y de las exportaciones”, dijo Rob Joslin, presidente de la Asociación Americana de Soyeros.
No solo Obama recorta el presupuesto. Los gobernadores y los alcaldes también meten tijeras al gasto en las estaciones de Bomberos, de Policía, en las bibliotecas…
“El problema ya lo tenemos aquí y está fuera de control”, dijo el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, cuando habló de su plan fiscal que busca reducir el personal que trabaja con pacientes de sida, cerrar piscinas y de centros para los sin techo y despedir enfermeras en las escuelas de menos de 300 alumnos.
También pende el posible despido de 8 500 profesores y 3 150 policías si el Senado de Nueva York corta USD 1 300 millones.
Unos 15 centros de cuidado infantil desaparecerán en Brooklyn y en Queens, dejando sin atención a los hijos de madres trabajadoras. Según George
Reglan, director ejecutivo del distrito 1707, que representa a unos 25 000 trabajadores sociales, cientos de empleados perderán su trabajo.
Unas 20 estaciones de bomberos están en plan de cerrarse en una ciudad donde los incendios en los edificios de viviendas son pan de cada día. Serán más de 500 los bomberos que se quedarán sin empleo. Lo mismo se hará en Cleveland, Springfield, Cleveland, Baltimore, Los Ángeles…
También en la Policía se harán recortes, mientras en California se propone liberar a 40 000 presos no peligrosos para aliviar en algo el déficit de USD 20 000 millones que tiene ese estado.
Los recortes también dejan al margen de atención médica a 200 000 niños y se reduce el transporte público.