La actual canciller María Fernanda Espinosa y su esposo, el nicaragüense Eduardo Mangas (centro), fueron parte del equipo de campaña de Lenín Moreno. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Eduardo Mangas fue parte del círculo cercano del presidente Lenín Moreno durante 200 días, en Carondelet. E incluso fue un estrecho colaborador del ahora Mandatario en su misión en Ginebra. El Secretario General de la Presidencia presentó la renuncia el 11 de diciembre del 2017, dos semanas después de que se filtrara el audio de una reunión con gobernadores.
En ese audio Mangas habló de la imposición de la candidatura de Jorge Glas en el binomio con Moreno, de los resultados electorales, de la corrupción, del proceso de diálogo del Gobierno, de la seguridad y pago de asesores para el expresidente Rafael Correa en Ginebra… El martes 5 de diciembre, a través de la Secretaría de Comunicación (Secom), Mangas dijo que las declaraciones de ese audio de 36 minutos fueron sacadas de contexto.
Tras su renuncia, el presidente Moreno encargó las funciones de la Secretaría General de la Presidencia a Andrés Mideros, titular de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades). En cortas declaraciones, Mideros refirió que en el despacho dejado por Mangas hay “un equipo fuerte” con un viceministro y seis subsecretarios.
Video: Andrés Mideros ocupará temporalmente la Secretaría de la Presidencia
¿Qué hacía Mangas en la Secretaría de la Presidencia?
La figura del Secretario General de la Presidencia cambió, con la llegada de Moreno. Hasta el Gobierno anterior, el cargo tenía 10 atribuciones legales; ahora suma 20.
En el ámbito administrativo, además de las competencias de la Secretaría, Mangas asumió funciones de la extinta Secretaría de Administración y de los eliminados ministerios coordinadores (sectores estratégicos, sector seguridad, sector social, etc.) creados en el régimen de Rafael Correa.
Incluso, Mangas era el representante del presidente Moreno, quien asumió la Presidencia el 24 de mayo del 2017, ante los directorios de Petroecuador, Petroamazonas y Flopec.
Sin embargo, la labor de Mangas iba más allá. En estos seis meses y medio de Gobierno, se convirtió en un operador político. Aunque no dio entrevistas y prefirió mantener una baja exposición, sí usaba las redes sociales en momentos claves, en especial Twiter.
Por ejemplo, en agosto -desde las redes- reclamó por una presunta fuga de información en el caso Ramiro González y, en septiembre, avivó la controversia por una cámara en el despacho presidencial. Los resultados de esa investigación aún no se conocen.
Asimismo, usó su cuenta para hacer los primeros anuncios sobre temas de interés y para responder a las críticas de la facción correísta de AP.
Por ejemplo, informó de la solicitud de la consulta y referendo del Ejecutivo, el encargo de la Vicepresidencia a María Alejandra Vicuña, el dictamen de medidas cautelares a favor de Moreno y el nombramiento de Ricardo Zambrano como secretario ejecutivo de AP.
Desde su despacho, en agosto también negó una supuesta vinculación de Gustavo Larrea con el Régimen; que también fue descartada por Larrea.
Y en octubre pidió respuestas a la Procuraduría sobre la situación del Consejo Nacional Electoral y su retrasada renovación parcial. Con ello dio fuerza al Decreto Ejecutivo 190, que permitió extender las funciones de los actuales consejeros, de frente a la consulta.
De sus funciones públicas hay pocos registros. Durante la campaña electoral estuvo siempre cerca de Moreno. Se encargó de la parte operativa y la planificación. Así como de ser el enlace con Vinicio Alvarado, el encargado de la campaña nacional.
Algo similar sucedía en Carondelet, donde el exsecretario manejaba el detalle de la agenda Presidencial. Y, aunque estuvo prácticamente en todos los eventos públicos junto a Moreno, no intervino, al menos frente a las cámaras.
Algunas personas que trabajaron junto a él, y fueron consultadas por este Diario sobre su perfil, declinaron dar su opinión. Otras afirmaron no conocerlo lo suficiente.
La única que respondió fue la canciller y esposa de Mangas, María Fernanda Espinosa, quien destacó que tiene muchas virtudes, entre ellas una potente formación académica, experiencia internacional y política de muchos años.
Mangas nació en Nicaragua y tiene un máster en Derecho Constitucional y Derechos Fundamentales, de la Universidad Centroamericana de Managua. EL COMERCIO solicitó varias ocasiones entrevistas con él, a través de la Secom, desde el 31 de mayo. Pero la respuesta fue que su agenda estaba copada.
Mangas llegó a Ecuador junto a Espinosa en el 2009 y se nacionalizó. La conoció en Nueva York, cuando ambos tenían vínculos profesionales con la ONU.
Antes de establecerse en Quito, regresó a Nicaragua un año para estar junto a sus hijos. Entre 2009 y 2010 trabajó para el presidente Daniel Ortega, como viceministro Privado para Políticas Nacionales.
A finales de ese año se mudó definitivamente a Quito, donde empezó a trabajar en la Cancillería, bajo la administración de Ricardo Patiño, hoy crítico del gobierno de Moreno.
Como su asesor trató temas políticos concernientes a la Unasur, la Alba, la Celac, la ONU, el Mercosur, la OEA y Julián Assange. El 2013 pasó a la Vicepresidencia, como asesor de Jorge Glas. Lo acompañó a Uruguay en septiembre del 2013, para probar el ingreso al Mercosur. Y a buscar cooperación industrial en India y Bielorrusia, en diciembre del 2013 y en el mismo mes del 2014.
El 2015 pasó a ser asesor de Moreno, mientras era el enviado Especial de la ONU en Ginebra. Ese mismo año Espinosa regresó a la ONU como Embajadora, en la misma ciudad.
Los dos eran parte del Comité de la Revolución Ciudadana local, junto con Moreno y su esposa. Ahí empezaron a planificar la campaña electoral y el regreso a Ecuador, que lo pondría a ocupar brevemente la Secretaría.