En el parque central de Yaguachi y sus alrededores el entorno es distinto a lo que fue, esta misma fecha, el año anterior. No solo por la regeneración a la que fue sometido el lugar, sino porque allí se prohibió la presencia de comerciantes.
A puertas de las fiestas de San Jacinto de Yaguachi del 2009, el parque y los exteriores de la iglesia, hoy convertida en Catedral, estaban ya copadas de vendedores de varios sitios del país.El feriado de hoy contribuirá a que la celebración dure cuatro días. El día más importante de la celebración será este lunes.
A partir de este año, el Municipio de Yaguachi estableció una reorganización de los distintos tipos de negocios y ventas. Pero esto no fue del agrado de los comerciantes que, hasta ayer, continuaban llegando al cantón.
Desde hace 30 años, Eduardo Cujilema llega desde su natal Riobamba a vender dulces. Por el reordenamiento, hoy está a una cuadra de donde siempre se ubicaba. “No sé si con este cambio voy a vender como antes. Esperemos que nos vaya bien”, dice, mientras organiza en una mesa los coloridos dulces. Pese al cambio de ubicación, destaca que se ve más organizado.
Una de las características de los puestos es que ahora no se los ha levantado en la mitad de la calle como hasta el año pasado. “Gracias a Dios y a San Jacinto nunca hubo un accidente en plena fiesta, pues con los negocios en la calle hubiese sido imposible que ingresara una ambulancia o una motobomba”, dijo Dolores Tapia.
Ella vive en la calle Garaicoa, donde han sido reubicados todos los comerciantes de ropa.
En las calles Bolívar y Eloy Alfaro, a Guido Herrera no lo detiene ni siquiera el sofocante calor. Una y otra vez golpea con un martillo.
Está terminando de armar su puesto de dulces, como hace 12 años. “Siempre estuve en el parque y ahora me han enviado a tres cuadras. Lo único bueno es que pagamos el mismo valor por el espacio y ahora el Municipio nos construye el local con caña”.
El alcalde Daniel Avecilla defiende sus acciones y se basa en que ya no se podía seguir permitiendo el desorden durante la festividad. Por ello, dice, se organizaron 400 espacios.
“Se han dado casos de personas que recibieron una ubicación pero frente a un garaje o un negocio que trabaja todo el año. Entonces esos comerciantes fueron reubicados. Pero un 70% de los comerciantes ya se encuentra en sus sitios”, dijo Avecilla. El Cabildo, además, asumirá el pago de la energía eléctrica de los negocios.
Édison Villamar, jefe de Avalúos del Municipio, explicó que debido a la regeneración urbana se hizo una reorganización total de los comerciantes. Así, estos no podrán ubicarse en las calles Sucre, Alvarado, Eloy Alfaro y Garaicoa, cuyas edificaciones lucen pintadas con vistosos colores.
Varios comerciantes continuaban llegando ayer en buses desde Chambo, Quito y Sangolquí.
El ambateño Lino Anaguarquí y el quiteño Segundo Baldeón, comerciantes de productos de cuero, dudaban ayer entre quedarse o volver a sus tierras.
“Ahora que llegamos a instalar el negocio nos cambiaron de sitio”, se quejaba Anaguarquí, quien llegó con USD 500 en productos que había fiado.
En tanto, en las afueras de la Catedral, la agrupación musical Hermanos Solís tocaba temas en honor a San Jacinto.
Su director, Robert Solís, recordó que hace 19 años la banda de pueblo llega desde Samborondón a poner el ritmo en la festi-vidad. En el templo, el padre Roberto Granoble ofrecía una misa para los estudiantes de los colegios San Rafael y Yaguachi. A la par, monseñor Aníbal Nieto, pese a una enfermedad, realizaba los preparativos finales para esta celebración religiosa.