Los 50 minutos que le toma a Alfredo Garzón llegar en su auto al centro de la ciudad de Esmeraldas, desde La Tolita, en el sur, le parecen desesperantes. En el trayecto se encuentra con una larga fila de vehículos que avanzan muy lentamente y de manera desordenada.Garzón debe tomar esa vía obligatoriamente porque es la única que está abierta para el ingreso y salida de la ciudad. Ese viaje lo realiza todos los días desde hace tres meses. A partir de esa fecha, la arteria principal está cerrada porque el Cuerpo de Ingenieros del Ejército construye un intercambiador a la altura de El Cabezón. Antes de los trabajos el recorrido que hacía Garzón le demandaba no más de 15 minutos. Ese mimo drama lo viven cientos de esmeraldeños que necesitan trasladarse de norte a sur. El problema se agravó con el invierno. Las fuertes lluvias provocaron el deslizamiento de un cerro que causó que un tramo de la única vía habilitada se hundiera. En ese punto, los vehículos deben pasar despacio. Sortear este tramo demora entre tres y cinco minutos. Sin embargo, los buses de transporte público y los camiones tienen más dificultades para avanzar.El invierno también deterioró el asfalto. La mayor parte de la calzada tiene baches.Desde este lunes, la vía se cierra durante las noches para efectuar la reparación. Se anunció que el Municipio de Esmeraldas, el Consejo Provincial y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército realizarían los trabajos de mantenimiento desde las 22:00 hasta las 04:00.Mientras tanto, el congestionamiento en las mañanas retrasa, principalmente, a los estudiantes y trabajadores.
Marcelo Ramos sufrió un choque en su automóvil la mañana de ayer. Contó que todo fue por causa del desorden que se forma en la vía. “Es caótico lo que ocurre, sobre todo en horas pico. Los conductores no respetan nada y forman hasta cuatro carriles en una vía que solo es de dos”.Ramos asegura que ha tardado hasta una hora en llegar a la ciudad desde la terminal terrestre. El mismo trayecto antes le tomaba 10 minutos.Al mediodía, el conductor de un bus de transporte urbano Las Palmas, no dejaba de lamentarse. “Otra vez el mismo caos. Estamos cansados de esta situación. Estas demoras nos perjudican en el trabajo”.La denominada vía alterna, que pasa por donde está el botadero municipal, no cuenta con señalización. Además, en sus alrededores hay mucha maleza y arbustos que dificultan la visibilidad a los conductores.Ricardo Rivas, director de Obras Públicas del Municipio de Esmeraldas, explicó que no han podido avanzar con los trabajos emergentes por las constantes lluvias. “Mientras llueva no se puede colocar asfalto, porque se sería un desperdicio”.El funcionario indica que el próximo mes, después de que se realice la reapertura de la vía de El Cabezón, se harán trabajos definitivos en la ruta alterna.Por ser la única arteria habilitada para la ciudad, actualmente soporta el tránsito de 30 000 vehículos diarios. Antes solo transitaban alrededor de 6 000.