Un camión resultó afectado la madrugada de ayer, 7 de marzo, por los deslaves en la calzada. Los deslizamientos de tierra, lodo y piedras han inhabilitado la vía en dos ocasiones en esta semana.
El último cierre se registró ayer en la madrugada. Desde el kilómetro 21 hasta 80 se presentaron 14 derrumbes. El más grande, de 1 500 metros cúbicos, se dio en el kilómetro 34. Allí un camión resultó afectado. Este viajaba desde Santo Domingo hasta Quito, cuando el material rocoso cayó sobre el vehículo. El conductor alcanzó a salir y por ello no tuvo heridas graves.
Johnny Vera, en cambio, debió esperar tres horas hasta que la vía fuera reabrierta.
Según Mario Maldonado, director provincial del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, las labores de limpieza duraron alrededor de tres horas, debido a que estaba lloviendo. “El agua es uno de los factores en contra de la vía, porque humedece a la montaña y hace que pierda firmeza”.
En cambio, Fabián Uzcátegui, secretario de Infraestructura Física de la Prefectura de Pichincha, asegura que como medidas preventivas que se tomaron en verano fueron los trabajos de mantenimiento en la montaña, para evitar que en el material que se desprenda acarree troncos y ramas que dificulten más los trabajos de limpieza. “Es difícil luchar contra la naturaleza. Estamos monitoreando la vía para evitar inconvenientes a los usuarios”.
El pasado miércoles, un derrumbe en el kilómetro 22 hizo que transportistas y turistas pernoctaran en la vía. Ellos permanecieron 13 horas sin poder circular. Además, seis personas resultaron heridas.
Maldonado recomienda que por las fuertes lluvias de este invierno se evite transitar en la noche . “Los derrumbes fuertes se presentan en la madrugada. No queremos poner en riesgo a los usuarios”. En lo que va del año se han registrado 40 derrumbes en la vía.