El uso obligatorio del taxímetro será la próxima tarea que controlará la Empresa de Movilidad (EMOV), tras asumir la competencia del manejo del tránsito y transporte en el cantón.
La Ley de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial establece que el conductor de taxi que no use el taxímetro, altere su funcionamiento o no lo ubique en un lugar visible comete una contravención. La sanción es del 15% del sueldo básico (USD 40,26) y 4,5 puntos menos en la licencia.
Según el gerente de la EMOV, Darío Tapia, este control se coordina con autoridades de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).
Esto provocó la reacción de los choferes. Para Bolívar Sucozhañay, presidente de la Unión de Taxistas del Azuay, el tema no puede entrar en vigencia hasta solucionar varios problemas.
Entre otros, dice Sucozhañay, que el Inen y el SRI definan las características y especificaciones técnicas de los taxímetros para que los proveedores empiecen a fabricar los equipos. “No estamos en contra del sistema, pero no podemos realizar inversiones que luego con la homologación del servicio no nos servirá”.
También es necesario, dice, revisar la tarifa mínima de la carrera. La Oordenanza fija un valor de USD 1,14, pero eso no se cumple y el precio mínimo es de USD 1,50, dice Jorge Paredes, quien es un empleado privado.
Pero el taxista, José Lozano, argumenta que el usuario nunca exige el uso del taxímetro, sino que negocia la carrera a su conveniencia. En Cuenca hay 3 600 taxis registrados por la Unidad Municipal de Tránsito (UMT) y otro número importante que trabaja de forma ilegal.
Hace 10 años, la UMT fijó el uso obligatorio del taxímetro. En el 2008, con el anuncio de los controles, todas las unidades de taxis colocaron los dispositivos, pero ninguno está operativo.