Las mesas largas y anchas se colocan en el patio o en las calles de Esmeraldas. Allí se reúnen las familias para degustar los platos típicos que se preparan para la Semana Santa.
La familia Valdez mantiene está tradición desde hace más de 40 años. Aida Valdez, oriunda de Quinindé, recuerda que antes se adquirían los ingredientes una semana antes para preparar platos como el puré de palmito.
Los hombres se encargaban de pescar, recoger el coco, el palmito y el plátano verde que son los principales productos de la fecha.
Por su parte, las mujeres preparaban los alimentos y organizaban la casa para recibir a las visitas.
Según Valdez, la Semana Santa se vive alrededor de la comida. “Mi abuelita hacía que nos levantaramos a las 05:00 para preparar los alimentos, porque luego debíamos ir a la iglesia. Pero la comida tenía que estar lista para todo el día”.
La esmeraldeña Lucía Garcés, de 34 años, coincide en que se debían preparar al menos cinco platillos especiales para degustar durante un día. “Entre más laborioso era el plato, más gustaba a los invitados y familiares”.
En la mesa no podían faltar los postres como el chocolate hecho en casa con la mazorca de cacao.
Valdez recuerda que su padre lo degustaba después del almuerzo. “Era como un somnífero. Apenas lo tomaban se dormían. Por ello solo se hacía en Semana Santa que se guarda reposo y se reflexiona sobre la fe católica”.
Garcés asegura que estas tradiciones han cambiado. Afirma que ya no se sirven en familia las tres comidas diarias. “Ahora se comparte el almuerzo y se busca un lugar para recrearse como los ríos”.
Además, desde hace cinco años es más fácil conseguir productos como el palmito, lo que disminuye el tiempo de preparación, según Garcés. “Ahora las mujeres trabajamos todo el día y buscamos platos para los feriados que no demanden mucho esfuerzo. Pero las raíces se mantienen”.
Según Gilberto Estupiñan, chef del restaurante Sazón esmeraldeña, los platos que más se elaboran son los encocados.
Debido a que los ancestros afrodescendientes vivían rodeados de plátano verde y palmeras de coco. Además, se dedicaban a la pesca como su principal actividad económica.
En la casa de Valdez se preparará enconcado de pescado lisa. Ella recuerda que antes su padre salía a pescar. Ahora compra el pescado en el mercado a USD 2 la libra. “La tradición varió, pero tratamos de mantener la unión familiar y conservar la costumbre religiosa”.
Geovany Intriago, director de Turismo del Municipio de Quinindé, asegura que en los restaurantes se han implementado platillos de otras provincias para complacer a los visitantes de la provincia. Uno de ellos es la fanesca que no es propia de Esmeraldas.
Según Maura Avellán, propietaria del restaurante D’ Maura en Quinindé, para que la fanesca sea apetecible para los esmeraldeños se le añadió zumo de coco. Sin embargo, señala que es un plato que lo degustan más los turistas.
En algunos restaurantes esmeraldeños se encuentran platos con mariscos como la cangrejada y el ceviche de camarón.
La mayoría de platos típicos esmeraldeños se elabora a base de coco
- Encocado de lisa y puré de palmito.
Para preparar el encocado se debe hacer un refrito de cebolla, ajo y tomate. Luego se añade el pescado y el zumo del coco. Para el puré se debe cortar en pedazos la corteza del palmito.
Los trozos se cocinan a fuego lento con abundante agua. Cuando están blandos se aplastan y se mezclan con queso, zumo de coco y un refrito de tomate y cebolla.
Se debe remojar el maíz por ocho horas antes de cocinarlo. Cuando el grano esté blando se debe moler. La masa se mezcla con leche en una olla grande y se pone a hervir.
Luego se agrega zumo de coco y se mezcla con una cuchara de palo llamada caguinga. Para finalizar se coloca panela al gusto. El postre debe enfriarse para que se vuelva consistente.
Primero se debe colocar el agua del coco en un recipiente. Luego se le quita la cascara. La corteza se parte en pedazos y se ralla la carne blanca. El resultado se coloca en un cernidor al que se adiciona el agua de coco poco a poco.
Con una cuchara se debe aplastar el coco para obtener el zumo. Finalmente se pone azúcar y hielo al gusto. La bebida se consigue en las playas de Esmeraldas.