La remodelación de la plaza San Francisco, en el Centro Histórico de Cuenca, se iniciará en agosto próximo.
En ese espacio se ubican más de 150 comerciantes en casetas metálicas y portales de las viviendas de la zona. Asimismo, hay alrededor de 80 vendedores informales que ofrecen ropa, cremas, huevos de pato, hierbas, ollas de aluminio, vajillas, entre otros productos. Esta actividad comercial ha generado un desorden en el sector, por lo que será recuperado.
El pasado 2 de mayo, la Comisión de Áreas Históricas del Municipio aprobó el plan para esta reforma, en el que el principal cambio con respecto al proyecto anterior (tramitado a inicios de este año) es que no habrá parqueadero en ese espacio. Pero se construirán 77 puestos de parqueo en la casa Miguel Ullauri, junto al mercado 10 de Agosto, explicó la presidenta de la Comisión de Áreas Históricas y Patrimoniales, Monserrat Tello.
“Los vendedores que atienden en casetas tendrán un espacio subterráneo para comercializar sus productos”, aseguró la funcionaria.
En la actualidad, en esa zona es difícil de transitar, porque hay carretas de vendedores de fruta o las comerciantes de hornado, en las veredas y vehículos parqueados.
Esta remodelación no es aceptada por el 80% de los comerciantes, según la representante de este gremio, Glenda Guzmán. Ella indica que su abuela inició las ventas en esta zona hace más de 50 años y “luchó por tener un espacio allí”.
En una similar situación, dice Guzmán, están más de 50 comerciantes que heredaron de sus familiares este espacio para cumplir su actividad económica.
En su local de metal, Guzmán oferta más de 5 000 prendas de vestir que comercializa desde USD 1 hasta 15 y con lo que mantiene a su familia. Esta cuencana considera que no es justo que se desplace a los comerciantes a un espacio subterráneo, porque disminuirán las ventas. “Por eso de acá no nos mueven”, enfatizó.
A 10 metros de ahí está Mary Rodas quien comercializa, hace 10 años, vajillas y ollas de aluminio. Ella concuerda con su compañera y agrega que ese traslado es una solución para callarlos.
Tello explica que, aunque hay oposición, se trata de un proyecto discutido con diferentes actores en los últimos 3 años. “En la iniciativa se ha hablado con arquitectos, ingenieros, comerciantes, cámaras, historiadores, por lo que su difusión es amplia y se llegó a la conclusión de su viabilidad”.
El presupuesto aprobado para esta iniciativa es de USD 8 millones, explicó el alcalde de Cuenca, Paúl Granda. Esta remodelación incluirá la peatonalización del tramo de la calle Padre Aguirre (entre las calles Sucre y Presidente Córdova). Este presupuesto también incluirá la remodelación de la Casa de la Mujer, el edificio antiguo Hogar Infantil Tadeo Torres, entre otros espacios para mejorar la fachada del sector.
El viernes pasado, unos 400 vendedores informales de diferentes zonas de la capital azuaya, marcharon con pancartas en cartulina, escritas a mano, hasta el edificio de la Alcaldía de Cuenca para solicitar mejores condiciones laborales.
Entre ellos estaban comerciantes informales de San Francisco, que sienten que su espacio no será respetado con la remodelación. No obstante, Tello dijo que para los informales habrá un espacio destinado en esa misma zona.
Carmen Ortega vive en ese sector céntrico y para llegar a su casa debe cruzar casetas con ropa colgada, carretillas de fruta y ver restos de comida tirada en las calles. Para ella, es un alivio la regeneración de este espacio que es conocido por su inseguridad y desorden.
Esta azuaya también concuerda con la peatonalización, para que “los cuencanos y visitantes exploren y disfruten de la arquitectura, sin el bullicio de los vehículos”.
Más sobre el proyecto
A inicios de este año se presentó otro proyecto con 300 parqueaderos subterráneos. Este aspecto se desechó para impulsar la peatonalización de la zona.
La ejecución de los trabajos y cronograma estarán contemplados en 90 días. El Municipio de Cuenca trabajará en una nueva documentación con observaciones para llevarlas a la comisión.
San Francisco se encuentra a dos cuadras de la Catedral La Inmaculada y del parque Calderón, en la capital azuaya.