¿Por qué el Día del Padre ha tenido menos trascendencia social que el Día de la Madre? Según la psicóloga Enid San Andrés, existe una explicación desde el psicoanálisis.
La madre tiene un vínculo con su hijo desde el momento en que está en su vientre. “Esto provoca que el amor de madre sea mucho más emocional. A diferencia del padre que se basa, sobre todo, en la autoridad y el respeto”.
La experta dice que aunque no es una norma general, el padre tiene menos nexos afectivos con los hijos. Pasa menos tiempo y se priva de actividades que marcan sus vidas desde pequeños. “Por eso el hijo da más trascendencia al Día de la Madre”.
Pero esto, agrega la especialista, no es un patrón que debe verse como algo natural. Ese rol de padre se ha construido en función de estereotipos machistas que deben ser superados. “Está en el padre estrechar lazos afectivos con los hijos y demostrar más el cariño que les tiene”.
La psicóloga Marianela Albán asegura que los padres de la última generación son más conscientes de la situación y están modificando su papel.
Incluso -dice- ahora encontramos padres que hacen las veces de madre, porque se han quedado a cargo de los hijos. Esto sea porque sus esposas han decidido separarse, migrar o alejarse por situaciones de trabajo. “Los hombres están cada vez más preparados para cocinar, lavar la ropa y peinar a sus hijos, sin que ello afecte su masculinidad o sus actividades laborales”.
Esto es un avance en la consolidación del afecto entre padres e hijos. “Cada día son menos los hombres que tienden a deslindarse de sus responsabilidades domésticas”.
En los hogares actuales las tareas se dividen. Hay padres que se encargan de preparar el desayuno, mientras la madre alista a los niños para ir a la escuela.
Según Albán, ahora la motivación más fuerte para un padre es el amor al hijo. Y esa motivación la comparten Ernesto Jaramillo, José Guerrero Castillo y Álex S. Ellos cuentan el significado ser padre adolescente, en un caso; padre soltero y también un padre de dos generaciones.
ABUELO. Ernesto Jaramillo/ Jubilado
‘Los nietos me llenan de vida’
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“Soy padre de esta segunda generación de mi familia. Todo es por facetas. A mis 57 años siento que he criado a 13 hijos, pero en realidad solo tengo cinco. Los ocho restantes son mis nietos, que más que eso son mis amigos.
Entre bromas y peleas trato de compartir el mayor tiempo posible con ellos. Todos los días los voy a ver a la escuela.
Ellos viven conmigo al igual que mis hijos, que aunque ya sean profesionales, se mantienen cerca de mi esposa y de mí. Esto es muy satisfactorio para los dos. Cuando éramos jóvenes nos dedicábamos mucho a trabajar para fomentar el patrimonio. El tiempo que compartíamos era muy corto. Por ello ahora les dedico mucho tiempo a mis nietos.
A esta edad siento que estoy en un receso de todo el esfuerzo que realicé en el pasado. Y mis nietos me ayudan a adquirir esas responsabilidades que uno como padre nunca pierde, peor olvida.
Ahora todo es diferente. Uno como abuelo tiene que adaptarse a todo, desde aprender a utilizar una computadora para ayudarles en alguna tarea hasta tener cuidado en las palabras que pronuncio mal, porque ellos están pendientes de lo que digo y me corrigen. Cada día aprendo de ellos. Me siento en esa faceta de padre primerizo nuevamente. Eso me hace sentir vivo”.
PADRE SOLTERO. José Guerrero / Empresario
‘Los hijos le cambian la vida’
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“Ser padre es uno de los roles más importantes de la vida. Y cuando uno asume en solitario la crianza lo valora más.
En el 2003 llegué a Ecuador desde Colombia con mi familia. Viví con mi esposa y mi hija por seis años. Luego tomamos una decisión muy difícil: separarnos. No pudimos entendernos.
Ella regresó a Colombia y se llevó a mi pequeña. Esta etapa fue muy difícil para mí porque no tenía un proyecto de vida definido. Estuve muy deprimido.
Me sentía muy solo, en un país que no era mío. Al mismo tiempo mi hija, de 14 años, se estaba volviendo muy difícil de controlar para mi ex esposa. Yo sufría por no tenerla a mi lado.
Luego de un acuerdo con mi ex esposa, mi hija regresó a Ecuador para vivir conmigo. Ella fue esa luz que vino a alumbrar mi oscuridad. Confieso que ahora recién valoro lo que hace tradicionalmente una madre.
Vivo solo con ella y tengo que estar pendiente de su uniforme, alimentación, deberes del colegio, entre otros. A veces debo acompañarla a comprar ropa.
Además, tengo que conocer a sus amistades por su seguridad.
Mi hija me hizo la persona que ahora soy. Uno nunca conoce el verdadero amor hasta que llega el momento en que escucha decir la palabra papá”.
PADRE ADOLESCENTE. Álex S. / Estudiante
‘Lo más importante es mi hija’
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“Tuve mi hija hace dos años, cuando tenía 15. En un principio me costó asimilar la noticia.
Admito que mi comportamiento no fue el adecuado. Me daba vergüenza que mis amigos se enteraran que iba a ser padre.
Por ello decidí retirarme del colegio y dejar mis estudios, pero luego mis amigos me apoyaron y fueron hasta mi casa a hablar conmigo. Me hicieron entender que debía luchar por mi hija.
Ahora entiendo que es lo más importante de mi vida.
Desde entonces trato de esforzarme, antes era un excelente alumno. Pero cuando me enteré que iba a ser padre, sentí que todo se me acababa. Ahora ya estoy recuperando mi nivel académico. Aunque es difícil.
Mi mayor soporte en esa etapa de mi vida ha sido mi madre. Ella me apoya en todo sentido. Soy su único hijo y antes me daba todo lo que se me antojaba.
Ahora estoy consciente que lo más importante es el bienestar de mi hija.
Trato de visitarla todos los días, porque vive con la mamá y todavía debo cumplir con los estudios. Aunque tarde, ambos hemos entendido que no estamos aptos para formar una familia. Pero lo intentamos.
Quiero acabar el colegio para poder trabajar y darle mayor estabilidad a ella”.